

Para el Historiador de la Ciudad de La Habana, el Dr. Eusebio Leal Spengler, la cultura era la piedra angular de su obra, pues en ella encontraba las expresiones más genuinas de lo cubano, así como una inteligente y astuta manera de defender y salvaguardar la nación.
La cultura en Eusebio era un elemento medular para su obra de rescate patrimonial de La Habana, pues él la concebía como “la escama metálica, la coraza moral, la defensa que todo país tiene” y, en otro escrito, subrayó sobre la importancia de esta en la salvaguarda de la Patria: “Los valores se defienden con una armadura cultural sólida”.
Como uno de los intelectuales más brillantes de Cuba con un infinito caudal cultural, fruto de su metódico estudio constante, escritor ferviente, hipnótico orador, generoso mecenas, puede ser catalogado este ilustre cubano que tuvo una relación magnífica con diferentes personalidades del mundo del arte y la cultura.
Tal es el caso de la maestra Niurka González Núñez, reconocida flautista y Primer Premio en 1997 del Conservatorio Superior de París, quien ha encontrado inspiración en La Habana soñada y restaurada por Leal; y ese amor por la ciudad y la cultura en ambos los unió en una entrañable amistad basada en la admiración mutua y el respeto.
Aunque Eusebio no nos acompaña físicamente, la artista cubana sabe que su huella es imborrable en cada uno de los que lo conocieron y lo evoca desde el compromiso porque considera como un valor ético insoslayable la lealtad a su vida y legado: “Cuando pienso en Eusebio Leal, lo primero es no defraudarlo; es una primicia que le corresponde a cada quien desde su espacio, no defraudar su vida y obra que ha sido y es tan colosal e importante para todos los cubanos”.
Con cariño y emoción guarda en su memoria la flautista cubana coincidir con Leal Spengler en innumerables ocasiones: “fue un privilegio compartir tiempo con un ser como él, pude verlo en La Habana Vieja y recibí de sus manos el título de Máster que lo obtuve en el Colegio Universitario San Gerónimo. Lo reconocí en muchas oportunidades dentro del público en mis conciertos.
Realmente son cosas extraordinarias”.
La maestra Niurka González es una testigo excepcional de esta vida: “doy fe de su gran pasión por la cultura, de ser un hombre de la cultura. Él era un intelectual que puso la piedra angular de su obra en la cultura y siempre mantuvo ese compromiso tan grande con la cultura cubana y universal, y con el arte en sí”.