
Una oscura pradera me convida
Insertar al espectador en un mundo de fantasía, donde los seres humanos y los animales sufren una metamorfosis a través de la simbiosis de acciones y comportamientos, es el objetivo principal del artista cubano de la plástica Juan Vicente Rodríguez Bonachea al ofrecernos su muestra Una oscura pradera me convida.
La exposición, de igual título que un poema del escritor José Lezama Lima, la conforman diez obras; de las cuales seis se encuentran trabajadas sobre los códigos bidimensionales con aplicaciones en madera, plástico, textiles y otros materiales reciclables, que brindan a las piezas una singular visualidad.

Meduza
En ellas, Bonachea vuelve otra vez a los saurios y a las lagartijas de cola anillada, así como al color azul, tonalidad que el pintor identifica con la poesía.
En su conjunto, la muestra ofrece vitalidad a múltiples seres hieráticos, quienes transitan el camino del erotismo y la ternura para poblar un universo visual en donde la reflexión es obligatoria.

La fragilidad de la materia
Juan Vicente Rodríguez Bonachea ha incursionado durante su carrera en la escultura, la cerámica y el grabado, pero se considera un dibujante por sobre todas las cosas.
Ahora con la exposición Una oscura pradera… presenta una obra pictórica y con carácter instalativo, que el público tendrá la oportunidad de apreciar hasta el 15 de enero en la Galería Orígenes del Gran Teatro de La Habana, cita en Prado y San Rafael.