El 7 de febrero de 1958 las calles habaneras fueron testigo, una vez más, de la ofrenda de la vida de uno de sus mejores hijos: Gerardo Abreu (Fontán).
El 7 de febrero de 1958 las calles habaneras fueron testigo, una vez más, de la ofrenda de la vida de uno de sus mejores hijos: Gerardo Abreu (Fontán).