Deportistas olímpicos reciben en Cuba el cariño infinito del pueblo
Cuando la delegación que representó a Cuba en los recién concluidos Juegos Olímpicos viajó a Francia para hacer realidad sus sueños bajo los cinco aros, nuestro pueblo ya había fijado el compromiso de acompañarlos en cada una de sus batallas y abrazarlos con fuerza en el justo momento en que se produjera su regreso. Ya el 6 de agosto, al obtener su quinta medalla de oro en estas citas, Mijaín López agregaba una dosis extra de emociones que se reservaron para el esperado recibimiento.
Desde el Aeropuerto Internacional José Martí hasta la plaza de La Piragua, cubanos y cubanas expresaron su cariño a los atetas y entrenadores unidos en caravana. Por la avenida Rancho Boyeros y las calles 26 y 23: las manos en alto para el afectuoso saludo, las felicitaciones a viva voz, la algarabía, las banderas… No fue diferente en un segmento de la vía Malecón; y por supuesto que en el punto final del recorrido fue multiplicado para la felicidad de todos, el sano orgullo nacional.
Los nuestros también recibieron al bajar por la escalerilla del avión cálidos abrazos. Aquellos entre Mijaín y sus hijos; entre el Gigante de Herradura y su madre Leonor, entre el pentacampeón y el presidente de la República, lograron ser los más significativos. Así, entre colecciones de instantes destacados, llegó el tiempo del acto oficial de bienvenida.
En el acto, participaron además, el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado, y Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Comité Central del Partido. Con la transmisión del momento a través de la radio y la televisión, escuchamos el mensaje del medallista de oro en boxeo, Erislandy Álvarez, en nombre de la delegación cubana. Por otra parte, el vice primer ministro de la República, Jorge Luis Perdomo Di-Lella, relató en las palabras centrales los resultados, que pudieran resumirse en dos medallas de oro, una de plata y seis de bronce.
Di-Lella destacó sus actuaciones en París 2024 «con dignidad y apego a los valores de nuestro deporte, inspirado en el legado del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz». La noche acogió el homenaje al líder histórico de la Revolución Cubana a pocas horas de cumplirse el aniversario 98 de su natalicio.
Múltiples pantallas mostraron a otros atletas olímpicos como Yusneilys Guzmán y Milaimis Marín (plata y bronce en lucha libre, respectivamente), al boxeador Arlen López, la canoísta Yarisleidis Cirilo, a Rafael Alba de taekwondo, y Luis Alberto Orta y Gabriel Rosillo de la lucha grecorromana; todos estos últimos con metales bronceados.
Ellos respondieron a los vítores por los triunfos al navegar en el mar de pueblo. Para entrenadores, directivos del INDER, profesionales de los medios de comunicación, y hasta para quienes los resultados no fueron positivos en sus pruebas, igual se reservó el justo reconocimiento.
Desde el escenario establecido en La Piragua, Mijaín habló de su hazaña a los 41 años de edad, agradeció la confianza y remarcó su despedida del deporte activo como una oportunidad para apoyar a las nuevas generaciones, y preservar desde otras responsabilidades el indisoluble vínculo construido en más de treinta años de carrera.
Con la conducción de la actriz Clarita García y el cantante y presentador Raúl Lora, el intercambio entre el público y los campeones transcurrió entre singulares muestras de simpatía. Antes y después de la feliz coincidencia, los integrantes de la Compañía Verdarte animaron la fiesta al compás de la música de Manolito Simonet y su Trabuco, Adalberto Álvarez y su Son, y Elito Revé y su Charangón. Broche de oro también para el Día Internacional de la Juventud, del que muchos guardarán por siempre los testimonios en un espacio privilegiado de la memoria, en videos y fotos.
