El policíaco en la televisión cubana

El policíaco en la televisión cubana
Policíaco cubano Tras la huella Foto: Tvcubana

El género policíaco atrae a las mayorías en la literatura, el cine y la televisión. En este medio de comunicación se mantiene en puestas cubanas y extranjeras, incluso como parte de relatos que no son, precisamente policíacos.

Los equipos creativos del policíaco acuden al género dramático de la tragicomedia. Su solución dramatúrgica responde a la aventura. El personaje principal viaja hacia un ideal y tras atravesar difíciles situaciones vence considerables obstáculos para alcanzar su meta.

El laberinto narrativo del policíaco combina elementos sugerentes. En él, coinciden los enigmas, las dudas y la progresión de bifurcaciones articuladas al estructurar una narrativa abierta a la exploración del espectador o la espectadora. De ahí su encanto.

Lamentablemente, el policíaco cubano Tras la huella, el más estable en la pantalla durante diferentes épocas del año, no ha logrado el nivel artístico requerido. Inspirado en hechos reales es educativo, pero el arte audiovisual no es un tratado sociológico ni de otro tipo. Tiene que ser un espectáculo. Y en él influyen la dramaturgia, los desempeños orgánicos de los actores y actrices con sus respectivos personajes y el juego de las expectativas necesario para mantener el interés de los públicos.

¿Cómo aprehender sus complejidades conceptuales? El lenguaje del género permite la comprensión de infinitas complejidades vivenciales, tan sensibles al desconcierto, no siempre a la certeza.

Foto: Canal Educativo Cuba en Facebook

Lo consigue la serie Julito, el pescador, una obra patrimonial del audiovisual que se puede apreciar cada domingo en la programación nocturna del Canal Cubavisión.

En la puesta pistas y sentidos están justificados en una puesta creativa, vertiginosa. Logra lo verosímil al defender el establecimiento del orden, de la justicia y el castigo a los maleantes.

Los realizadores de la emblemática serie son conscientes de una verdad irrebatible: es preciso estudiar cánones establecidos, leyes inviolables. Imposible olvidarlo. Recordemos El Quijote, pues abre una vertiente distinta del acontecer heroico. La conciencia crítica de la historia invierte los signos de la heroicidad para enfrentar el ser no a la luminosidad de su triunfo o al absoluto de su destino sino al desamparo y a la trascendencia de su debilidad.

Estos y otros preceptos son constantemente violados en los policíacos cubanos al centrarse en el punto de vista del didactismo exacerbado. Obvian el concepto esencial del espectáculo. De ningún modo pensemos: existe un único modelo narrativo para recrear el policíaco. En franca sintonía Italo Calvino argumenta: “El uso justo del lenguaje es el que permite acercarse a las cosas presentes o ausentes con discreción y atención y cautela, con el respeto hacia aquello que las cosas presentes o ausentes comunican sin palabras”.

Mucho se puede decir, alertar, enseñar, en un relato policial. Solo es preciso seguir las huellas auténticas y la renovación del arte audiovisual contemporáneo.

Sahily Tabares Hernández

Dra. en Ciencias sobre Arte, periodista cultural y profesora‍ de la Universidad de La Habana.