La diversidad de prácticas artísticas desde la obra de arte, los públicos y el discurso estético

En Cuba, la diversidad de prácticas artísticas nos motiva a reflexionar sobre determinadas esencias vigentes en el contexto actual. Pensemos en los valores del referido concepto.
Cuando hablamos de arte, no obstante su permanencia en varios espacios y circuitos, apenas meditamos en los tres elementos que lo integran: El artista, la obra de arte y los públicos como ejes de la concreción de esa práctica y del discurso artístico.
Al considerar estos tres elementos consideremos que la obra de arte no es solo el producto final de un proceso, también indica cómo ocurrió su desarrollo.
Ninguna transformación ocurre de la noche a la mañana. Todo tiene antecedentes y evoluciones en la historia del arte.
Por ejemplo, evoquemos canciones emblemáticas que al surgir de un hecho, motivaron ideas y estas han sido creadas y recreadas en piezas de ayer que hoy tienen vigencia. Incluso hablan al presente por su valor legítimo y frondoso.
Asumimos la sapiencia del filósofo Aristóteles cuando aseguró: “La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar sus apariencias.
Pensémoslo.