Rita de Cuba y para el mundo

Hace 125 años, el 20 de agosto, le nació a Cuba una estrella, una extraordinaria e inigualable artista, sensible mujer que desbordaba gracia, virtuosismo y mucha cubanía en cada una de sus presentaciones artísticas.
Su nombre: Rita Aurelia Fulceda Montaner y Facenda (La Habana, 1900-1958), conocida artísticamente como Rita Montaner, quien llevaba en su sangre y en su actitud la riqueza del mestizaje cubano y un registro vocal privilegiado, una mezcla de influencias que le permitió ir y venir con éxito de lo culto a lo popular.
Con una esmerada educación en piano, gran carácter y una entrega indiscutible a las artes en general, su impronta trascendió las fronteras nacionales por su talento extraordinario basado en la versatilidad, para moverse por los distintos géneros de la música cubana, y paseó su arte por los Estados Unidos, Francia, España, Venezuela, Argentina y México.
La cantante, con su perseverancia, contribuyó a destruir los prejuicios de aquellos que menospreciaban los aportes africanos a la música cubana. El poeta y declamador Luis Carbonell afirmó en una ocasión que Rita imprimía a la música negra una especie de desgarramiento inigualable, que producía con sus cuerdas vocales.
La Montaner no fue nunca una artista improvisada, sino que a sus dotes personales pudo unir estudios de solfeo, teoría de la música, armonía, piano, y canto. Aunque su mayor desarrollo fue como cantante de arte lírico, se destacó también como actriz en el teatro, la radio, el cine y la televisión, recibiendo los elogios de la crítica especializada, las ovaciones del público y el respeto de artistas de todo el orbe.
Música clásica, toques de tambor, comparsas, clases de piano, canto y armonía, todo esto la preparó y la condujo al éxito irrefutable por varias décadas, acompañada muchas veces por el destacado pianista cubano Ignacio Villa, que ella bautizó humorísticamente, por el acentuado color negro de piel, como «Bola de Nieve».
Ella con sello inconfundible inmortalizó, para orgullo de los cubanos, el pregón más famoso del mundo: “Maní, maní, maní. / Manisero llegó / Si te quieres por el pico divertir / Cómprame un cucuruchito de maní…”. (El Manisero, de Moisés Simons).
A Rita Montaner se le sigue recordando hoy, a 125 años de su natalicio, como lo que es: una de las figuras más emblemáticas de la música cubana.