Pensar la lectura en diferentes formatos
Escuchamos por doquier: “En el siglo XXI se lee menos”. En realidad, no se lee menos; sino diferente. Los públicos de menos edad descubren en la lectura procesos cognoscitivos y comunicativos complejos que no responden solo al concepto tradicional: decodificar mensajes a través de un canal escrito. Los procesos digitales e hipermediales nutren dinámicas praxis de la cultura y repercuten en el conocimiento de las mayorías.
Pensemos en la diversidad de contenidos y formatos que enriquecen el desarrollo del intelecto.
En Cuba, con independencia de estrecheces económicas y materiales prevalece la decisión gubernamental de fomentar encuentros placenteros con productos comunicativos de calidad artística-literaria. Es el sentido de las ferias internacionales del libro que se realizan cada mes de febrero en La Habana y continúan viaje por todo el país.
Quizás poco se reflexiona o no tanto como lo merece sobre la complicidad institucional de la televisión en programas que estimulan el placer de leer. Lo propician los espacios El Cuento y Letra fílmica; pues sugieren buscar en la literatura lo recreado en la pantalla.
Desde el pensamiento crítico hacemos énfasis en la necesidad de estimular la curiosidad en las personas; pues siempre es un motivo para indagaciones y hallazgos en los medios de comunicación audiovisuales. Ciertamente son programas poco favorecidos en sus respectivos horarios; pero logran visualizar la valía de escritores clásicos y contemporáneos.
Los nexos indisolubles del libro como arte e industria son aprehendidos por el sistema editorial. Lo ilustran variadas publicaciones mediante textos impresos y digitales. De igual modo, la inclusión de audio libros y otros formatos influyen en la solidez de los conocimientos desde edades tempranas.
Pensemos; cuentos y novelas revelan valores; demandan la inteligencia lectora ante intertextualidades; interpelan a usuarios andantes por las redes sociales y potencian las prestaciones múltiples de la imagen.
Las sociedades vivimos en mundos hipervisuales. Suele crecer la banalización y ni las perspectivas tecnológicas, perceptivas, intermediales pueden detenerla.
Desde el pensamiento crítico en una idea esencia: leer propicia transiciones de la pasividad a la actividad. Interpretar el significado del texto artístico literario durante el proceso de la lectura, exige asimilar palabras, ideas y metáforas. Aprehenderlas nutre ampliar nuestra cosmovisión del mundo sin límites de conexiones, espacios y temporalidades.
Pensémoslo.

