Cuba y Brasil reavivan diálogo artístico

Cuba y Brasil reavivan diálogo artístico

Una década después de su desembarco en la XII Bienal de La Habana, la exposición Cuba+10 reaviva el diálogo artístico entre Cuba y Brasil, con obras que cruzan hoy el tiempo como puentes vivos de creación.

Desde el primer instante, la atmósfera en la inauguración en la sede del Instituto Cervantes fue la de una celebración íntima, cargada de memoria.

Con la curaduría del inagotable Romildo Gastão, Cuba+10 reúne nuevamente a los artistas brasileños que, 10 calendarios atrás, hicieron de Guanabacoa -territorio cubano ancestral, fundado en 1554- un epicentro de experimentación y diálogo.

Bajo el título de Acercamientos, aquella vez se dieron cita creadores que, más allá de exhibir obras, se sumergieron en la comunidad.

Adolfo Curbelo, embajador de Cuba en Brasil, abrió la jornada con palabras que superaron los protocolos diplomáticos. Habló de historia, de raíces, pero sobre todo de creación.

Ponderó que los vínculos entre las dos naciones pueden leerse a través del prisma de la plástica.

“Existen puntos de coincidencia en la obra de los artistas de ambos países, desde los rasgos tropicales hasta las influencias del arte popular, con reflejos nítidos de sus respectivas identidades culturales, marcadas por la nacionalidad, la raza, la clase y el género”, refirió.

Tal afirmación se percibe con claridad en los trabajos de Adriana Marques, Clarice Gonçalves, Darlan Rosa, Dulce Schunck, Glenio Lima, Josafá Neves, Tiago Botelho y Tarciso Viriato.

En sus piezas, no solo persiste la energía de 2015, sino que se advierte la madurez que el tiempo y el impacto del diálogo intercultural han impreso en sus trayectorias. Sus obras, como puentes entre ayer y hoy, no envejecen: respiran.

Uno de los momentos más emotivos fue la mención que hizo Curbelo del proyecto Viva a Arte Viva, instaurado en 2014 con la vocación de articular voces artísticas de América Latina y el Caribe.

Fue esta plataforma la que posibilitó que los creadores brasileños llegaran a la nación caribeña, aportando una perspectiva multigeneracional y diversa que, en palabras de los propios artistas, transformó no solo su obra, sino su visión del arte como herramienta de comunión.

Y si hablamos de correspondencia, señaló el diplomático, es imposible no destacar la participación especial del artista cubano Carlos Pimentel, cuya serie Abakuense introdujo en la muestra un poderoso eco ancestral.

Su obra, inspirada en la sociedad secreta Abakuá, conecta el presente con las raíces afrocubanas y nos recuerda que en el arte también vive lo sagrado, lo oculto y lo inquebrantable de la identidad.

Desde las salas del Instituto Cervantes, lo sembrado en La Habana florece ahora en Brasilia, con la certeza de que los puentes entre Cuba y Brasil no solo se cruzan: se habitan.

Fuente: Prensa Latina

Redacción Radio Enciclopedia