Estreno y festejos del Ballet Nacional de Cuba con Amigos Británicos (+Fotos)

Con el estreno absoluto de la obra Lucile, concebido especialmente para el Ballet Nacional de Cuba por el bailarín y coreógrafo danés Johan Kobborg, la compañía que dirige Viengsay Valdés, celebra los diez años de colaboración con los Amigos Británicos, provechosa relación que ha propiciado la incorporación de obras de coreógrafos de fama mundial a su repertorio.
En el programa que se ofrecerá la próxima semana en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba, se presentará asimismo el título Celeste, primera colaboración coreográfica con los British Friends. “Es la última obra que vamos a realizar con ellos este año, merecido homenaje que queremos hacerles por esa labor de apoyo incondicional, altruista”, señaló la primera bailarina Viengsay Valdés a la prensa, que pudo apreciar parte de los ensayos.
Y es que Lucile responde a una solicitud de la directora general del BNC al gran maestro danés, quien según sus propias palabras se inspiró “sobre cómo todos soñamos con un amor diferente, además de conseguir un propósito, una meta a través de un sueño”.
Agrega Kobborg que “el ballet también está basado en un ambiente de baile. Está inspirado en Lucile Grahn, un ícono, lo que representa el ballet en Dinamarca y August Bournonville; ídolos que todos aspiramos a ser”.
La pieza Lucile, de aproximadamente 50 minutos, evoca la figura de la gran bailarina danesa Lucile Grahn, emblemática de la Era Romántica. Su música ha sido conformada por Gavin Sutherland, sobre obras del compositor romántico francés Jules Massenet; el vestuario fue creado por Natalia Steward, la escenografía es del propio Johan Kobborg, y el diseño de luces de Joey Walls.
En la primera función, sábado 6 de julio, Viengsay Valdés bailará Lucile, incorporando un nuevo personaje a su fructífera carrera artística, con el cual festeja precisamente, tres décadas de su debut profesional con el ballet Majísimo.
Para la maestra Viengsay, la preparación del estreno ha sido muy ardua, tanto de los bailarines como de toda la parte técnica y la producción, con la presencia de Kobborg.
“Y realmente creo que es un ballet que aporta a la compañía. Un estreno mundial del Ballet Nacional de Cuba con nuevas aristas con los que los bailarines pueden desarrollarse, explotar más la parte interpretativa, no solo quedarse con la parte técnica. Y para eso tenemos a esta gran estrella que es Johan Kobborg, gran maestro, bailarín y coreógrafo”.
La vuelta a Cuba del artista danés significa un regreso a casa, pues ha estado en varias ocasiones. Su debut se produjo en 1998 durante los festejos por los 50 años del Ballet Nacional de Cuba. El público del mayor archipiélago de las Antillas bien lo conoce por su desempeño en el Festival Internacionales de Ballet de La Habana en 2004, y cinco años después con el Royal Ballet de Gran Bretaña.
Kobborg opina que las escuelas de ballets cubana y danesa coinciden en la fuerza, la energía. “Y en ese sentido se me hace muy fácil estar aquí, declaró. “No solo es trabajar con los bailarines, también con las personalidades que representan la cultura, lo que me hace sentir en familia, en casa, en confianza entre los amigos”.
Fotos: Maykel Espinosa