Libros de Miguel Cabrera reverencian legado de Alicia Alonso y el Ballet Nacional de Cuba

Dos novedades literarias del Dr. Miguel Cabrera, quien se desempeña como historiador del Ballet Nacional de Cuba (BNC), fueron presentadas este 2025 en la reciente edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana. Se trata de los títulos Alicia, el ballet y yo y Ballet Nacional de Cuba: siete décadas de creación coreográfica (1948-2024).
Bajo el sello Ruth Casa Editorial, ambos libros están disponibles en formato físico y digital como oportunidades para que los lectores puedan acercarse a aspectos valiosos y vivencias relacionadas con el quehacer de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso y al trabajo creativo de la compañía Patrimonio Cultural de la Nación.
“El primer libro refleja la grandeza de Alicia como artista y ser humano; es una especie de crónica y testimonio del vínculo que tuve con ella. Si grande fue como artista, para mí, como ser humano fue un ser de cualidades inolvidables. El otro texto es mi deber como historiador del Ballet Nacional de Cuba y el empeño por dejar plasmada su historia. Yo estoy seguro que ese libro trasciende el tiempo y que será una fuente de consulta. El ballet seguirá viviendo y creciendo, seguirá creando, pero la base es una fuente de 75 años creando y ya está cubierta una parte de su historia que no se perderá”, dijo Miguel Cabrera al periodista Sergio Murguía, autor de un Servicio Especial para el Dpto. de Comunicación del BNC.
El historiador cuenta que el proceso de recopilación de información que dio como resultado el libro Alicia, el ballet y yo comenzó, incluso, antes de su vinculación laboral a la compañía danzaria. “Vienen a la mente vivencias de la infancia, cuando me hablaban de ella (Alicia Alonso), donde nací en Punta Brava, las personas que me hicieron tomar conciencia de la grandeza de esa mujer”.
“Después vino mi cercanía con ella, a partir del año 1968; fui a preguntarle cuándo había bailado por primera vez ‘Giselle’. Yo tenía una gran bibliografía suya, pero ella entendió que era una biografía. Ahí empezó nuestro vínculo personal que fue creciendo hasta que empecé a trabajar con el Ballet. El tiempo y las vivencias me permitieron estar junto a ella desde 1970 hasta su muerte en 2019”, rememora Miguel Cabrera.
Durante los tiempos de la pandemia de la Covid-19, el investigador decidió convertir esas vivencias en una obra literaria. “Eran como unas descargas emocionales en ese momento de horror que estábamos viviendo, hasta que una amiga, lectora en las redes sociales, me hizo notar que tenía material para un libro. Eso me hizo tomar conciencia de que eso podía resultar de interés para otras personas, así que vertebramos esa idea. Ruth Casa Editorial fue muy sensible con este empeño. Alguien me dijo que la lectura le resultó deliciosa; eso me agrada, porque quiere decir que se lee y recibe con mucho placer. Es un libro de amor a un ser que jugó -y juega todavía- un rol fundamental en mi vida personal y profesional”.
Sobre Ballet Nacional de Cuba: siete décadas de creación coreográfica (1948-2024) afirma su autor que lo defiende como un libro de investigación, recopilación, ordenamiento y clasificación de ese repertorio que muestra la pluralidad y diversidad reflejada en coreógrafos que van desde William Forsythe hasta Antonio Gades, desde Balanchine a Alberto Méndez.
“Es un muestrario de ese quehacer y yo pienso que he cumplido con el deber de preservar eso como un libro de consulta. Siempre he mirado la investigación y el fruto de mis libros como algo que pueda ser útil para los demás”, agrega.
Asimismo, el investigador puntualizó que era un deber concebir ese texto, porque la compañía en el 2018 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación. Un mérito que corresponde a “la obra creada; ese repertorio que creó, esa diversidad temática, estilística, técnica que ha desarrollado el Ballet Nacional de Cuba no puede eludirse. En 2018 estaban contabilizadas 758 obras; ya eso ha crecido”.
“Cuando quieras saber sobre todos los coreógrafos, diseñadores, músicos, cubanos y extranjeros que han trabajado con la compañía, aquí estará este libro. Ahí están registrados los 86 compositores cubanos que han colaborado con el BNC. Alicia siempre decía que la escuela cubana de ballet era la suma, no solamente de pasos de baile y aportes de los coreógrafos, sino también de los plásticos que hacen la escenografía, el vestuario, los utileros, los teatristas, los dramaturgos que han dado sentido a esas coreografías”.
Esta otra propuesta editorial es testimonio de una labor investigativa rigurosa y apasionada alrededor del mundo de la danza clásica. Desde que Miguel Cabrera asumió en 1970 el rol de historiador y jefe del centro de documentación e investigaciones históricas del Ballet Nacional de Cuba, ha defendido el compromiso de asegurar que se recuerde siempre y quede registrado todo lo que la compañía ha construido en casi ocho décadas de labor.
“Miro ese libro con la sensación de un deber cumplido, la misma responsabilidad que me tiene envuelto en una nueva empresa literaria. He recopilado, durante muchos años, todos los datos posibles sobre la carrera de Alicia y estoy trabajando en una biografía que tiene cuatro capítulos, para contar su vida, desde los primeros pasos hasta su transcendencia como intérprete y su proyección internacional. Ese es otro deber que estoy a punto de cumplir”, concluyó.