Retorno al Museo, retorno a las artes en tiempos de Bienal

Retorno al Museo, retorno a las artes en tiempos de Bienal

A casi un mes del inicio de la 15ª Bienal de La Habana, volvemos la mirada a las Salas del Museo Nacional de Bellas Artes, a sus múltiples exposiciones. Resultó un explaye de exhibiciones colectivas, bipersonales, personales, intervenciones sonoras y performance que formaban parte tanto del programa central de la Bienal, así como propuestas colaterales de tremendísima factura.

El edificio de Arte Universal del Museo Nacional de Bellas Artes, acogió la apertura del performance Negrociação, del artista brasileño Yhuri Cruz, con la participación de estudiantes de la Facultad de Artes Escénicas de la Universidad de las Artes de Cuba, ISA. Esta fue curada por Beatriz Lobo Brito, especialista del Instituto de Artes Visuales Internacionales (inIVA), invitada a la presente edición de la Bienal de La Habana.  La procesión simbólica comenzó en los bajos del edificio, para consumarse en el Hemiciclo de la institución. Anastacia, negra esclava e ícono de las mujeres y los negros de Brasil, es la imagen que utiliza el artista. El propósito: darle voz y palabra a la negra que cubría su boca, hacer a Anastacia libre, desde la voz multiplicada en miles de voces.

Una hora más tarde de haber comenzado la “Negrociación”, se prosiguió a la inauguración de varias exposiciones, entre ellas, la colectiva de mujeres del Caribe titulada La tradición se rompe, pero cuesta, con piezas de las artistas cubanas Belkis Ayón, Lisandra Ramírez Bernal, María Magdalena Campos; de las puertorriqueñas Elsa María Meléndez y Anaida Hernández; representaciones de Haití, Aruba, República Dominicana, Guyana Francesa, Trinidad & Tobago, Barbados, Guadalupe e Islas Vírgenes Estadounidenses.


Esta muestra caribeña contribuye a la reafirmación de la mujer en el arte, exhibiendo disímiles temas como centro del discurso en sus obras y la utilización de técnicas y materiales variados que abarcan desde la bidimencionalidad de la pintura y el grabado, hasta la escultura, instalación y video arte, con una factura de realización encomiable. Las expresiones caribeñas de factura femenina, han sido relegadas a la alteridad por la Historia, esa escrita por hombres y estructuras de poder patriarcales. Por tal motivo, una línea expositiva como la exhibida y regida por mujeres, recrea una arista de interesante y particular factura, llena de códigos y dislocaciones subvertidas de sus realidades e imaginaciones.

Resulta menester referirme también a la excelente propuesta del octogenario creador francés Ernest-Pignon-Ernest, quien interviene los espacios públicos para darle otra visualidad. La muestra que se recoge en una de las salas transitorias del Museo constituye un libro abierto a la interacción con los imaginarios sociales de los desplazamientos. La centralidad no es el punto cimero de la representación, sino la re colocación conceptual, objetual y de significados. Se trata de una magnífica investigación artística, que recorre todos los espacios de la ciudad, sus oscuridades, sus paredes maltrechas, sus zonas controvertidas.


Así también se presenta la exquisita muestra personal Revoluciones en relieve del brasileño Thiago Martins de Melo y la sugerente presentación de la artista española Yapci Ramos. La pintura por su lado (Martins de Melo) y la fotografía exploran universos distintivos entre la superposición en el lienzo de elementos físicos y la técnica donde el color es expresivo y muestra su viveza, hasta lo grotesco y rojo, cercano al pop y kisch de la artista española.

Las palabras inaugurales, en la planta baja del edificio de Arte Universal, fueron protagonizadas por el Director y co-curador de tres de las exposiciones, Jorge Antonio Fernández Torres, quien ratificó el apoyo recibido por la Unesco, especialmente para la muestra colectiva, así como la contribución de las embajadas de Francia y Brasil en Cuba. De igual forma, contó con la presencia en el espacio de Lisette Martínez Luzardo, viceministra de Cultura de Cuba, su homóloga Mary Peñan Ulloa de Venezuela, representantes del Cuerpo Diplomático acreditado en el país y diversos artistas invitados a la presente Bienal.

Otro momento de especial interés en el ámbito de la Bienal de la Habana, tuvo lugar en el Edificio de Arte Cubano, con fuerte presencia de las prácticas artísticas cubanas. Las muestras personales de Rocío García, Glenda León, Esterio Segura, y la colectiva dedicada a las pintoras cubanas de la abstracción, quedaron abiertas al público.

Obras de Loló Soldevilla, Mirta Cerra, Carmen Harrera, Caridad Ramírez, Zilia, Sánchez y Gina Pellón se exhibieron en la sala permanente del segundo piso del Edificio Arte Cubano. Los vaivenes de la historia. Pintoras abstractas de los 50, es una expresión más del interés y empeño del Museo Nacional de Bellas Artes por dotar de protagonismo a nuestras grandes pintoras del Arte Cubano. Igualmente, quedó inaugurada la muestra video-instalativa Cada respiro de la artista visual Glenda León. Una experiencia intimista que remite al contacto de la naturaleza desde la fuerza visual de la imagen proyectada.

Deliririum Tremens, fue el título de la exposición de la pedagoga y artista visual Rocío García de la Nuez. Con una factura a la altura de las exigencias para esta grande de las artes cubanas, la propuesta curatorial permitió el deleite del público, al explote del color característico de las piezas de Rocío. De igual forma, quedaron emplazadas las sugerentes esculturas e instalaciones de la muestra personal del artista Esterio Segura, coexistiendo en el atrio del museo.

Ana Gloria Delgado Rodríguez