Sinfónica cubana junto a la maestra Danae Papamatthäou-Matschke este domingo

Motivos sobrados tendrá la próxima presentación de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, este último domingo de marzo, a las 11:00 a.m., en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba.
La actuación de la solista griego-germana Danae Papamatthäou-Matschke, es una de las razones especiales. La virtuosa violinista asumirá la Sinfonía Española, opus 21, de Édouard Lalo.
La otra circunstancia es la realización de la ceremonia oficial del nombramiento al maestro Igor Corcuera Cáceres como Director Titular del máximo organismo sinfónico nacional, a cargo del Instituto Cubano de la Música.
El programa que se interpretará bajo la dirección del joven maestro Corcuera se iniciará con la Pavana en Fa sostenido menor, opus 50 de Gabriel Fauré, una obra de repertorio con más de cien años, que recrea una danza del siglo XVI. A juicio de los especialistas, la pieza se caracteriza por la elegancia de la melodía y la armonía propias del compositor galo.
Seguidamente, el opus 21 de compositor francés Lalo, quien la dedicó al violinista Pablo Sarasate, estrenada por el gran maestro en febrero de 1875 en París. El concierto culminará con la Sinfonía No. 3 Eroica, en Mi bemol mayor, opus 55 de Ludwig van Beethoven.

A los cinco años comenzó a estudiar el violín en Atenas la maestra Danae Papamatthäou-Matschke, quien a los trece fue aceptada en la Escuela Especial de Música Belvedere de Weimar, Alemania, donde tuvo la extraordinaria oportunidad de asistir a la clase de violín del profesor Jost Witter, uno de los más destacados pedagogos de la Escuela de Música Franz Liszt de Weimar, razón determinante para continuar el difícil camino de la música y su dedicación al violín.
A esto le siguieron estudios en la Universidad Mozarteum de Salzburgo, con el profesor Igor Ozim, y un segundo máster solista en la Hochschule für Musik und Theater de Hamburgo con la profesora Tanja Becker Bender. Defendió con éxito su tesis doctoral en la Universidad de Macedonia en Tesalónica. También ha trabajado como profesor asistente en la Escuela de Música y Teatro de Hamburgo.
A propósito de una entrevista concedida por la violinista greco-alemana al The National Herald, recogemos su apreciación sobre la función de la música en la actualidad:
“…Un fenómeno que creo que todos podemos observar y admitir es que la cultura atraviesa una crisis global y casi todas las instituciones, ya sea en centros urbanos o en pequeñas ciudades de provincias, tienen terribles dificultades para sobrevivir. Por lo tanto, es deber de los artistas, pero también una necesidad para la supervivencia de su arte, educar a las próximas generaciones para que comprendan que, sin las artes, el mundo se deslizará hacia una nueva Edad Media de barbarie y que los valores del humanismo que nos legó el Renacimiento se desvanecerán, o incluso desaparecerán por completo. Es necesario comprender que el trabajo de un artista no es una afición ni la suerte de nacer con talento. Es, ante todo, dedicación y trabajo duro. Es una necesidad constante de búsqueda de la verdad sobre algo que trasciende las palabras”.