Alfredo López, genuino símbolo de la unidad obrera

Alfredo López, genuino símbolo de la unidad obrera
Foto: Tiempo 21

El líder obrero gráfico Alfredo López Arencibia (1894 – 1926) organizó a la clase obrera y combatió incansablemente por su unidad, porque comprendió muy tempranamente la necesidad de agrupar a los trabajadores en una organización clasista independiente y unitaria para luchar por sus demandas.

Joven de pensamiento profundo, fue uno de los promotores y dirigentes de la Asociación de Tipógrafos y, más tarde fundó, junto a un grupo de compañeros,  la Federación Obrera de La Habana y la Confederación Nacional Obrera de Cuba, hoy Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

Una de sus principales iniciativas fue la creación de federaciones locales (a nivel provincial) como paso previo al Primer Congreso Nacional Obrero en La Habana, lo cual se adoptó como acuerdo. Se destacó entre las figuras más relevantes de ese evento, donde fue portavoz de la demanda por la jornada laboral de ocho horas y el enfrentamiento a la explotación capitalista.

La Universidad Popular José Martí, fundada por Julio Antonio Mella en noviembre de 1923, lo tuvo entre sus más fervientes colaboradores, junto a Rubén Martínez Villena, José Zacarías Tallet, Juan Marinello y otros intelectuales revolucionarios.

El propio Mella, su compañero de luchas y amigo, lo describió como pequeño de estatura pero un gigante desde las tribunas de agitación y al frente de cada acción de los trabajadores contra los desmanes del gobierno de Alfredo Zayas y, después, contra la tiranía de Gerardo Machado.

Según él, tenía «un dinamismo asombroso» y su obra, salida de un ejemplar magisterio, había que terminarla.

Ambos habían compartido la cárcel en noviembre de 1925 cuando, junto a otros obreros, fueron falsamente acusados de un acto dinamitero.

También Carlos Baliño, líder del pensamiento marxista en el país, colaborador de José Martí en el exilio y fundador del Primer Partido Comunista de Cuba, apoyó resueltamente a López en el propósito de alcanzar la unidad entre los trabajadores de los diversos gremios y conseguir la organización sindical nacional que contemplara ese ideal.

Monumento a Alfredo López.

Alfredo López fue, sin dudas, una personalidad de elevado prestigio entre las masas trabajadoras cubanas por sus muchas cualidades, entre las que destacaron la honestidad y combatividad. Se mantuvo firme e incorruptible, y estos valores morales lo convirtieron en un obstáculo para el gobierno de Machado, que ordenó y ejecutó su asesinato. No llegó a cumplir los 32 años de edad.

Ana Rosa Perdomo Sangermés