El Trío Matamoros y la revolución del son cubano

El Trío Matamoros y la revolución del son cubano
Foto: Granma

Durante sus casi cuatro décadas de existencia el Trío Matamoros sirvió en bandeja de plata un conjunto ecuménico en el cual estuvieron representados el bolero y el son cubanos acompasados por las tradiciones musicales que recorrían el territorio oriental.

En medio de los cambios y configuraciones de los conjuntos por entones, el Trío destacó no solo por su cercanía y las composiciones de sus temas, sino por cantar de forma representativa al público cubano, lo que marcó más de una pauta en el panteón musical del mayor archipiélago de las Antillas.

Fue el 8 de mayo de 1925 cuando se creó el grupo. Coincidentemente con el cumpleaños de su fundador, Miguel Matamoros, en la mencionada fecha el ilustre guitarrista Rafael Cueto invitó a Siro Rodríguez a la celebración del aniversario de Miguel. En la velada los músicos improvisaron un trío y desde entonces quedaría formada la icónica agrupación, conocida primeramente como Trío Oriental.

En sus trabajos combinaron el bolero y el son en la génesis de un estilo interpretativo que despertó la admiración tanto dentro como fuera de Cuba y la fusión de elementos como parte de esos géneros. Temas como Mamá son de la Loma, La Mujer de Antonio, Promesa, Elíxir de la Vida, El Trío y el Ciclón, Promesa o Dulce Embeleso dan cuenta de algunos de los éxitos más destacados en su creación.

De forma general, las composiciones del trío estuvieron lideradas por la experticia de Miguel, a quien se le atribuyen más de 250 composiciones, junto a las 35 de Siro y 16 de Cueto, con una predominancia de los sones (143) y los boleros (54) en el repertorio grabado de la agrupación.

Miguel también incursionó en otros géneros del repertorio de la cancionística cubana y su patrimonio musical. Sobre su talento y capacidades, el musicólogo José Julián Padilla Sánchez expresó que Matamoros fue poseedor tanto de una forma de expresar artísticamente un estilo cubano criollísimo y de una un modo personalísimo y peculiar de crear e interpretar su propia música.

“En la década de 1940, cuando en el ambiente musical habanero se escenifica el desarrollo de los conjuntos, Miguel fundó el Conjunto Matamoros. El conjunto como forma de expresión musical permitió la evolución del son al dar mayores posibilidades de orquestación que las ofrecidas por las formaciones antecesoras de Sexteto y Septeto”, destaca el periodista Álvaro J. Álvarez.

Sobre la sonoridad característica del Trío, Padilla refiere que: “(…) se debía a la voz y guitarra prima de su director que poseía una línea melódica instrumental con estilo punteado. Todo ello se enriquecía con la voz segunda de Siro de rico timbre Barítono y la guitarra de Cueto que se caracterizó por un rayado sumamente expresivo y un tumbao sui géneris, con lo cual se lograba una sugerente polirritmia”.

El 8 de mayo, además del cumpleaños de Miguel y la fundación del mencionado Trío también se conmemora el Día del Son Cubano. La iniciativa, promovida por el maestro Adalberto Álvarez en 2019, conmemora también el natalicio de Miguelito Cuní y busca el desarrollo de un amplio grupo de actividades entre las cuales se celebran eventos teóricos sobre la proyección del son y su historia, presentaciones de agrupaciones bailables y bandas de concierto y homenajes a personalidades que han engrandecido el género.

Lázaro Hernández Rey