Interludio, programa insignia de Radio Enciclopedia

Interludio, programa insignia de Radio Enciclopedia
Foto: radioNOTAS

Así como las flotas que en siglos pasados salían del Nuevo Mundo cargadas de riquezas y atravesaban el océano Atlántico hacia España, tenían su buque insignia, así Radio Enciclopedia tiene sus programas que van siempre adelante, marcando un estilo que se mantiene a través del tiempo y a la vez evoluciona, en un contraste que permite conservar lo mejor de lo logrado y, a la vez, experimentar sabiamente con lo nuevo que se va incorporando.

Uno de estos velámenes a la vanguardia del océano enciclopédico es, sin dudas, Interludio, el llamado programa decano de la emisora, el cual, según entrevistas y testimonios a los fundadores de la planta radial, fue el primero en existir como espacio radiofónico reconocido. Su creador fue Adolfo Pérez Marín, y durante muchos años se identificó con el epíteto de “musical”, que décadas más tarde fue eliminado por redundante.

Interludio contrastaba con el resto de la programación general, basada en un esquema de radio-fórmula, al decir de José Ignacio López Vigil en su Manual urgente para radialistas apasionadas y apasionados del 2002, que consistía en lanzar una nota puramente enciclopédica cada tres o cuatro piezas musicales, muy balanceadas en cuanto a sonoridades fundamentalmente, y repetir la estructura a lo largo del día en la parrilla de programación. Estas notas eran redactadas a partir de distintas enciclopedias que existían en los locales destinados a la redacción de los guiones, las que no eran copiadas textualmente de los libros: los guionistas debían de otorgarles una síntesis peculiar, de manera que no eran trozos de información al azar, sino conglomerados de conocimiento de un minuto de duración cuanto más, que hablaban de temas disímiles, como las siete maravillas del mundo antiguo, las leyes de la Física, los elementos químicos de la Tabla Periódica de Mendeléiev, diferentes accidentes geográficos o pueblos del mundo, y grandes descubrimientos de la humanidad.

Por su parte, Interludio fue, desde su fundación, y lo sigue siendo, un espacio exclusivamente musical. La directora más destacada en su guía y escritura después de su fundador fue Teresa González Reina, quien cuidaba muy celosamente su perfil, tanto, que al salir de vacaciones dejaba los programas adelantados en su grabación y edición. Dado el hecho de que ella misma estudió música en su etapa adolescente y juvenil, conocía muy bien desde las efemérides musicales hasta aspectos técnicos que abordaba en cada programa: géneros, autores, intérpretes, formatos, períodos de la historia del arte musical, valoraciones técnicas sobre discografías y recitales, estilos y, sobre todo, efemérides.

Teresa González Reina

Así, cada día, Interludio servía un variado plato radiofónico que, poco a poco se fue nutriendo de diferentes secciones. Los lunes, por ejemplo, las emisiones se comenzaron a dedicar a la música compuesta para el cine, a los creadores que aportaron sonidos inolvidables a las obras visuales para la gran pantalla, como Henri Mancini, Hans Zimmer y Ennio Morricone, y se ofrecían las melodías que evocaban las escenas de los filmes en cuestión. La guionista y directora no escatimó en creatividad, y elaboró otras secciones muy conocidas que mucho agradaban a la audiencia, como “El piano, un intérprete y tres grabaciones”, “El breve concierto del viernes” o “Recital del recuerdo”. Pronto la audiencia se familiarizó con estos segmentos tan gratos y en ocasiones, solicitaban por vía telefónica o postal, piezas musicales y creadores específicos, con tal de escuchar esas selecciones justo como la guionista las proponía.

Pronto se sumaron otros espacios a su competencia en lides musicales, pero no pudieron aventajarlo: los cimientos eran sólidos y la originalidad estaba muy marcada a partir del estilo personal y el bagaje de saberes de su equipo de realización. Actualmente, prosigue su camino de la mano de una creadora que preserva sus secciones y perfil con tanta experticia como María de los Ángeles Vivero, Mary Mary, a quien saludamos desde estas páginas de Radio Enciclopedia que evocan a nuestro ancestral Interludio.

La asesoría ha pasado igualmente por numerosas manos y cerebros, como los de esta servidora, y actualmente se encuentra a cargo de Lucrecia Rodríguez. La presentación y la despedida del espacio sigue estando en la voz de Caridad Rodríguez Lemus, cuyo nombre artístico es Kathy, considerada como una de las locutoras emblemáticas de la emisora, quien amenizó el espacio por décadas hasta su jubilación. También otro timbre muy típico de la planta: el de Mirta Aleyda Fernández, estuvo ante los micrófonos de Interludio, y su presencia se mantuvo hasta hace muy poco tiempo. En épocas más recientes, la locución ha sido realizada por varias bellas voces, entre las que destaca la de la también guionista y directora de programas Carmen Rosa Tapia, de excelente desempeño, y en estos momentos la de nuestra Taiyana Garbey, Tay Garbey.

Les invitamos a sintonizar cada día a las 12 de la noche y a las 9 de la mañana una nueva emisión de Interludio a través de las frecuencias de Radio Enciclopedia o por audio real en nuestro sitio web en Internet.

Alina Iglesias Regueyra