A medio siglo de un congreso histórico y trascendente

A medio siglo de un congreso histórico y trascendente

Emociona todavía observar las imágenes que se conservan y difunden de aquel momento esencial, en que quedaba inaugurado nuestro Primer Congreso del Partido el 17 de diciembre de 1975, hace medio siglo.

¡Cuánta esencia histórica, legado heroico y mérito acumulado se sintetizaba allí para dar un paso trascendental en la institucionalización de la Revolución y de su fuerza motriz encargada de dirigirla!

Era imponente la belleza de aquel teatro Carlos Marx de la capital cubana. Al descorrerse las inmensas cortinas de su escenario, estalló gran emoción y un prolongado aplauso de los 3116 delegados asistentes al evento y de los miembros de las 86 delegaciones internacionales invitadas, además de Hortensia Bussi, viuda del asesinado presidente chileno, Salvador Allende.


Habían transcurrido apenas 16 años del triunfo de la Revolución y 10 de constituido su primer Comité Central. Ese día, y los siguientes hasta el 22 de diciembre, fueron de hermosa unidad y hermandad entre los cubanos, porque fue un Congreso de toda Cuba. El lema de la convocatoria sería un llamado promisorio: “¡Al Primer Congreso! ¡Por nuevas victorias de la Patria y el Socialismo!”.

En ese máximo evento de los comunistas cubanos, el primer secretario del Partido, Comandante en Jefe Fidel Castro, expuso un amplio y contundente informe, que describió el camino seguido desde 1959 en los ámbitos económico, político y social.

Por su parte, los delegados discutieron la Plataforma Programática del Partido Comunista de Cuba y el proyecto de Constitución de la República de Cuba, así como resoluciones relativas, entre otros temas, a las proyecciones económicas para el quinquenio 1976-1980.

En cuanto al funcionamiento del Partido, se aprobaron los Estatutos y la Política de formación, selección, ubicación, promoción y superación de cuadros, y en el ordenamiento del país se aprobaron la nueva División Político-Administrativa, los órganos del Poder Popular y la Plataforma Programática.

Mucho habría que detallar para recoger todo lo vivido durante las sesiones del Primer Congreso del Partido, sobre todo de aquel encuentro final con el pueblo en la Plaza de la Revolución y las contundentes palabras de Fidel, que hoy adquieren una dimensión extraordinaria:

«Como principio revolucionario, compañeros, siempre será mil veces preferible la autocrítica a la autocomplacencia. ¡Y siempre será preferible la autohumillación al autoelogio! Y creemos realmente que los dirigentes revolucionarios tenemos que estarnos constantemente analizando y autocriticándonos, si no en público, en privado. Siempre debemos estar ajustando cuentas con nuestras conciencias. Y nunca, jamás, podemos estar conformes con nosotros mismos, porque el hombre que esté conforme consigo mismo no es revolucionario”.

Ana Rosa Perdomo Sangermés