Acercamiento al valor conceptual de la imagen en la 15ª Bienal de La Habana
Quizás, poco lo meditamos, “estamos hechos de la misma materia que los sueños y nuestra vida está rodeada de sueños”. Esta hermosa aseveración de William Shakespeare motiva a disfrutar de imágenes, palabras, colores, pensamientos enriquecedores del alma y el intelecto.
Le invitamos a pensar la prominencia cultural de la 15ª Bienal de La Habana que ha convertido a la capital de Cuba en epicentro del arte contemporáneo. Establecer un diálogo entre culturas y comunidades motiva a creadores de África, Asia, Medio Oriente, América Latina y el Caribe. El acercamiento establece nexos y relaciones empáticas en provecho de conocernos y reconocernos mejor.
Como paso previo a la interpretación de muestras expositivas en museos, bibliotecas, calles y otros espacios públicos, les proponemos pensar detenidamente que una imagen nunca es solo una imagen. En ella se involucran elementos compositivos, visuales, estéticos y narrativos; establecen relaciones sociales asociadas a luchas simbólicas. Creadores de distintas tendencias abren cauces hacia lenguajes sugerentes. Sienten el gozo de ideas propositivas, devienen protagonistas ávidos por construir significados nuevos de lo “real” cotidiano en sus respectivos países.
Antes de iniciar los oportunos viajes hacia el conocimiento que propone la 15ª Bienal de La Habana, es preciso entrenar la mirada para apreciar mensajes, símbolos, huellas, ritos, tradiciones con voces parlantes; ninguna es inocente, todas dan fe de raigambres, bellezas, violencias, pasiones nunca olvidadas en lugares distantes.
Lo esencial es valorar la diversidad de saberes y prácticas que cultivan los artistas en un franco y dinámico alejamiento de los modelos hegemónicos. La Bienal acerca experiencias cultivadas mediante estudios, dimensiones lingüísticas propias, hallazgos, interrogantes continuas, pues muestran dimensiones filosóficas y conceptuales implícitas en contenidos y formas atractivas. Al profundizar en el sentido cultural de las obras, los espectadores inteligentes, participativos, analizarán visualidades que no existen per se; han sido construidas como energías transformadoras ante la oleada colonizadora global.
Experimentaciones, intentos de ver algo más allá de lo observado, texturas, enigmas, pluralidades semánticas; en fin, la 15ª Bienal de La Habana merece atenciones reflexivas, atentas, audaces; sí, porque los sueños engendran la poesía en tanto libertad espiritual del ser humano. Es preciso cultivarlos, influyen en el entramado de las artes visuales contemporáneas.
Pensémoslo sin temor al riesgo de no comprenderlo todo de inmediato. Son muy complejas las mediaciones que condicionan los procesos en el arte. Urge estar atentos sin apagar la imaginación, las autonomías creativas al decir y compartir lo propio siempre serán caminos ascendentes, prometedores.