Antonio Maceo y El Cubano Libre, la prensa imprescindible

El 24 de febrero de 1895 se iniciaba en Cuba una nueva y necesaria contienda por su independencia, que recababa el heroísmo en el combate, pero también explicar los argumentos que en el orden ideológico posibilitarían que los cubanos apoyaran la lucha y se sumaran a ella. Era necesaria la ansiada unidad para evitar los errores de la lucha en una etapa anterior de diez largos años.
Correspondería al lugarteniente general Antonio Maceo, el guerrero y jefe mambí indomable, la certeza de reeditar desde aquel 3 de agosto de ese año el periódico El Cubano Libre, en plena manigua, 27 años después del creado por Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo y que luego se mantendría en Camagüey hasta 1871.
Y para difundir la verdad sobre la guerra, designó como director a Mariano Corona Ferrer, y otros patriotas se encargarían de su redacción como José María Heredia, Federico Pérez Carbó, José Miró Argenter y el doctor Joaquín Castillo Duany. Se publicaron cerca de 100 ediciones, incluyendo los suplementos.
En la Cueva de Sao Corona (jurisdicción de Holguín), y luego en Cuabitas (al norte de Santiago de Cuba), se publicó indistintamente este baluarte en defensa de la revolución, hasta el fin de la guerra, aunque Corona lo mantuvo editado hasta 1814, en su enfrentamiento al gobierno interventor de Estados Unidos.
Y aquella idea inicial de Maceo había nacido a partir de arrebatarle al ejército español una pequeña imprenta, que fue trasladada con la ayuda de dos generales de brigada y 100 hombres de confianza.
En su primera edición, se especificaba en su portada: “Periódico separatista– Órgano oficial de los insurrectos de Oriente”. Aquel encabezamiento constituía, por sí mismo, un importante aval revolucionario, de innegable valor, proyectado por Maceo, y se encargaría de criticar las acciones represivas del gobierno colonial español y haría un permanente llamado a la unidad de todos los cubanos.
En el cuerpo del periódico había secciones diversas y editoriales que ratificaban el compromiso de la lucha por la verdadera independencia de Cuba.
El llamado permanente de aquellos cubanos, patriotas y dignos, llega hasta nuestro días, renovado, y con una trayectoria eficaz de tres etapas fructíferas de un periódico que combatió fuerte para que el cubano fuera libre, lo que hoy es una hermosa realidad.
Actualmente, el Museo Casa Natal de Antonio Maceo, en la ciudad de Santiago de Cuba, atesora entre sus valiosos exponentes, para conocimiento de las presentes y futuras generaciones, la imprenta que reeditó el periódico insurrecto en 1895, hace ahora 130 años.