Asiste Presidente del Parlamento Cubano a sesión solemne de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Arroyo Naranjo

Asiste Presidente del Parlamento Cubano a sesión solemne de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Arroyo Naranjo

El aniversario 275  de Arroyo Naranjo fue celebrado este sábado con una sesión solemne de la Asamblea Municipal del territorio en los predios del Palacio Central de Pioneros Ernesto Che Guevara en el Parque Lenin.

El miembro del Buró Político del Partido Esteban Lazo, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado, presidió la conmemoración.

La moneda símbolo del municipio de Arroyo Naranjo fue otorgada a varias personalidades del territorio.

El Presidente del Parlamento Cubano Esteban Lazo y Michel Castillo, Presidente de la Asamblea Municipal entregaron el reconocimiento, uno de los  más altos estímulos que otorga Arroyo Naranjo.


También recibieron diplomas quienes desde los organismos de la administración central del Estado o como delegados se han destacado por su quehacer cotidiano. Asistieron a la conmemoración los Diputados por este municipio.

Entre el 13 y el 15 de junio  se celebraba, invariablemente, desde la época colonial una fiesta que recibía el nombre de Fiesta de San Antonio de Padua, santo patrón del poblado de Arroyo Naranjo, y
a los festejos asistían los habitantes de las zonas aledañas como una forma de rendir tributo al santo patrón del poblado.

Precedía a la fiesta principal todo un ceremonial religioso, en el cual los creyentes católicos se reunían en la puerta de la iglesia para de allí partir en procesión, portando imágenes de los santos más venerados, encabezados por la de San Antonio de Padua.

Antes de comenzar la procesión, en la Iglesia del pueblo se realizaba un repique de campanas que anunciaba el inicio de los festejos. A las seis de la tarde la procesión partía encabezada por la imagen del santo patrono del pueblo y acompañada, generalmente, por una banda de música.

Durante su recorrido, los pobladores llevaban un cirio encendido en sus manos. Algunos que por motivo de edad o de salud no podían participar en ella, esperaban su paso, también con un cirio encendido entre sus manos. Al concluir la procesión, por lo general se iniciaba el bailable que podía durar hasta horas de la madrugada del día siguiente. Era costumbre entre los pobladores estrenarse una muda de ropa el día del Santo Patrono y acudir a las fiestas en su honor calzando zapatos blancos.

Fotos Tony Hernández Mena

Lizet Márquez