Concierto Vincerò clausura XXVI Semana de la Cultura Italiana en Cuba

Concierto Vincerò clausura XXVI Semana de la Cultura Italiana en Cuba
Foto: Italy in Cuba / Facebook

Con el concierto titulado Vincerò se clausura este domingo la XXVI Semana de la Cultura Italiana en Cuba, en el Oratorio San Felipe Neri, en el Centro Histórico de La Habana.

El Teatro Lírico Nacional de Cuba y la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso rinden tributo a Giacomo Puccini con una selección de arias y escenas de sus óperas más famosas, a las 5:00 p.m.

La XXVI Semana de la Cultura Italiana en Cuba ha centrado la mayoría de sus 18 eventos realizados, desde el 25 de noviembre y hasta este domingo 1ro. de diciembre, en la figura del gran compositor italiano, en el centenario de su desaparición física.

Bajo la dirección del maestro Yhovani Duarte, director artístico Teatro Lirico Nacional de Cuba y director titular Orquesta Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, se presentarán los solistas Katia Selva Pereira, Milagros de los Ángeles Soto, Humberto Bernal, Reinaldo Cobas Meriño, Eugenio Hernández y Senia López, invitada al espectáculo perteneciente al Teatro Lirico Rodrigo Prats de Holguín.

Junto a ellos el Coro del Teatro Lírico Nacional de Cuba, dirigido por la maestra Denisse Falcon Lay.

Foto: CMBF Radio Musical Nacional

El concierto lleva por nombre Vincerò, (¡Venceré!) y es la última palabra del aria Nessun dorma del acto final de la ópera Turandot, de Giacomo Puccini, para muchos de los críticos esta pieza fue el caballo de batalla de gran tenor italiano Luciano Pavarotti.

A propósito de Puccini, reproducimos el artículo Los últimos compases de Puccini, de la musicóloga Yamilé Jiménez, publicado en el canal de CMBF, Radio Musical Nacional en Telegram:

El 29 de noviembre de 1924 fallecía en Bruselas uno de los hombres más emblemáticos del mundo de la ópera: Giacomo Antonio Doménico Michele Secondo María Puccini; quien, conocido por su primer nombre y apellido, revolucionó por dentro y por fuera el arte lirico musical, dejando con sus obras una estela de progresión perpetua marcadamente eclética.

Todo indica que la receta para la confección de estas partituras operáticas fue infalible ya que el músico italiano (aunque no siempre fue muy aceptado por la crítica italiana) supo conquistar al público combinando olfato teatral, invenciones escénicas, hondura sicológica, síntesis y variedad, además de sumergirse en diversas culturas musicales para llevarlas a sus historias.

Creador de algunas de las melodías más míticas de la historia del género y de un lenguaje orquestal óptimo, a diferencia de otros de sus contemporáneos, Puccini no fue ni paladín de las vanguardias ni manifiestamente prolífico. Compuso obras para piano, piezas vocales sacras y profanas y algún que otro cuarteto de cuerdas; pero fueron sus óperas (básicamente Manon Lescaut, La Boheme, Tosca, Madama Butterfly y Turandot) los títulos que le entregaron el pasaporte perpetuo a los grandes teatros líricos del mundo y a las páginas de la música universal.

Como no podía ser de otra manera, las conmemoraciones por el centenario de la muerte de Puccini han tenido repercusión en los grandes colosos de la ópera y un momento particularmente especial se vivió en el Teatro alla Scala con una nueva producción de Turandot, su última ópera nacida de un trágico suceso personal y que, además, quedó inconclusa.

A finales de octubre de 1924 Puccini fue diagnosticado con cáncer de garganta y falleció tras una batalla que duró escasos días. Poco antes, en una reunión con su amigo Arturo Toscanini, el compositor le encargó que llevara a buen puerto su última partitura y siguiendo los bocetos existentes, un año y medio más tarde Turandot estaba finalmente lista gracias a Franco Alfano.

Sin embargo, el día del estreno, el 25 de abril de 1926, Toscanini decidió hacer un homenaje póstumo a su amigo y en medio del tercer acto detuvo la función justo donde el Maestro Puccini había puesto su última nota.

Edelvis López Zaldívar