Contar lo nuestro en diferentes espacios
Lo que no se visibiliza o no se cuenta, no existe. Son significativos los valores del verbo contar. Pensemos, ¿cómo los asume la mundialización de la cultura? ¿De qué manera contrarrestar lo banal, y la colonización cultural andante por todo el mundo? Reflexionemos sobre estos temas de notable influencia en el gusto, la espiritualidad y la ideología de las personas.
La mundialización de la cultural promueve conjuntos de objetos: jeans, productos McDonald´s, intimidades de estrellas. Unos y otros de ningún modo son imposiciones exógenas, anidan en relatos, mundos simbólicos, pues generan múltiples percepciones.
La industria cultural tiene en el universo audiovisual instrumentos financieros poderosos; muchas personas intentan escapar de esas seducciones, pero es difícil lograrlo; la avalancha de hojarasca facilita degluciones que estimulan el entretenimiento fatuo y el ocio.
Hoy las diferentes pantallas socializan los sistemas de la cultura en densas redes de interpelaciones navegables. Urge la alerta; en un mundo donde las conceptualizaciones de la realidad pasan por asociaciones enumerativas, la verdadera autentificación del arte responde a lenguajes anclados en conceptualizaciones de envergaduras antropológica, estilística y visual.
Ver, comprender, analizar lo que vemos y escuchamos contribuye a contrarrestar las hegemonías de la colonización cultural, lo efímero, lo trivial, a veces enajenante. Pensemos en esto.
Artistas de diferentes generaciones estimulan de manera permanente el pensamiento crítico sobre problemáticas de notable incidencia en la sociedad. Determinan sus maneras de contar las historias en distintas circunstancias. A veces, el humor deviene un agudo estilete en provecho del espectador reflexivo.
Sin duda, cada expresión artística demanda aprendizajes. Las dimensiones filosófica y conceptual del arte exigen apreciar cada paso del proceso creativo. En ellos tiene importancia vital la búsqueda en profundidad de raigambres y conceptualizaciones, estas vías propician conquistar conocimientos sobre temas, conflictos, y sueños que interesan a las mayorías desde la infancia.
Meditemos sobre el valor estético y la originalidad de poéticas enfocadas en contar lo nuestro, lo de Cuba. Lo cotidiano, la memoria y el presente renuevan códigos, mensajes, señales, al conocernos y reconocernos. Definitivamente, mostremos que Somos Cuba en los ámbitos nacionales e internacionales.
Reflexionamos sobre la socialización del ser nacional en contraposición a la colonización cultural galopante por doquier en el mundo.