Dulce María Loynaz. Una dama y sus abanicos

Dulce María Loynaz. Una dama y sus abanicos

El Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba recientemente recibió una donación de 22 títulos, entre catálogos y libros de arte cubano y de arte universal, por parte de la especialista Moraima Clavijo, presidenta del Comité Nacional Cubano del Consejo Internacional de Museos (ICOM).

Como parte de las pruebas del nuevo Sistema de Gestión de Bibliotecas desarrollado por la empresa CODES, que se está implementando en el Centro de Información Antonio Rodríguez Morey, añadieron al mismo Dulce María Loynaz. Una dama y sus abanicos, un hermoso volumen resultante de la colaboración del sello Polymita y el Museo Nacional de Artes Decorativas de Cuba.

Más de un centenar de piezas de Dulce María conservadas mayoritariamente en esa institución, el Palacio de Lombillo, en el Centro Cultural Dulce María Loynaz, el Museo de Artes Decorativas de Santa Clara; y el Museo Provincial Palacio de Junco, de Matanzas; embellecen las páginas del libro, explicadas con precisión y rigor, a la vez que se muestra la diversidad de tipologías, materiales y técnicas de elaboración de las mismas.

Así, recoge algunas de las pequeñas colecciones de la autora de Jardín y, en particular, la más importante y completa: de abanicos. Con textos de María Rosa Oyarzábal Gutiérrez, se ofrece en el libro una enjundiosa investigación que revela las singularidades de esta, que Dulce María Loynaz concibió a partir de una mezcla de azares y voluntades, según sus palabras; por lo cual la publicación deviene referencia inevitable para los interesados en la colección de esta cimera figura de las letras cubanas.

Los abanicos fueron uno de sus mayores tesoros, un conjunto de alrededor de 350 piezas llegadas a nuestros días, del que la escritora diría en la inauguración de una de sus muestras, en 1958, en el Palacio de Bellas Artes de La Habana: «algo tan mío y tan amado por mí, como mis abanicos [se debía] en parte, a las mujeres de mi familia que la iniciaron [la colección] y a mí misma que la continué amorosamente desde que era casi una niña».

Fuente: Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba

Redacción Radio Enciclopedia