Egipto y Cuba, corazón compartido

Dos artistas cubanos, Michel Mirabal y Miguel Yaimel Cosme, decidieron emprender un proyecto conjunto consagrado a tender puentes culturales entre Egipto y el archipiélago antillano. Cosme, joven santiaguero, llevó la voz cantante; el acompañamiento creativo corrió a cargo de Mirabal, quien para confirmar la alianza propuso armar, de conjunto, una instalación representativa del alcance simbólico de la operación: una especie de alfombra integrada por decenas de corazones con los colores de la enseña nacional.

Al titular el proyecto El corazón de Egipto en Cuba, se hace explícita la intención de compartir valores entre dos culturas aparentemente distantes y, sin embargo, próximas. La obra reciente de Cosme, sobre papiros, fue un elocuente voto a favor.  

La Embajada de Egipto en La Habana acogió calurosamente la iniciativa. De manera personal, el jefe de la misión diplomática, Maher El-Adawy, sostuvo que el ámbito cultural es uno en los que, de manera más visible, se fertilizan las relaciones entre los pueblos.

«De tal modo –comentó– consideramos sumamente provechosos los contactos que hemos sostenido con las autoridades de las ciudades patrimoniales cubanas. También con Las Tunas trabajamos de conjunto por la habilitación de una sala de Arte Egipcio en el Museo Provincial. Como complemento de esa iniciativa, entregamos a la Uneac una colección de publicaciones literarias y artísticas de nuestro país. Valoramos la cercanía de la organización de los escritores y artistas cubanos en la definición y consolidación de estas acciones. Próximamente, por iniciativa de la Uneac, nos encontraremos con un grupo de creadores, en lo que debe ser un peldaño importante para sellar vínculos de más largo aliento entre las organizaciones artísticas profesionales de nuestras dos naciones.

«En ese contexto –subrayó– la exposición de Cosme significó un aporte esencial, pues tanto él, como autor de las obras, como Mirabal, con su apoyo y colaboración, demuestran los caminos hacia la más plena comunión espiritual entre Egipto y Cuba».

A esto debe añadirse que el proyecto cobró vida justo en la antesala de la Cumbre del Grupo de los 77 y China, que se efectuará a mediados de septiembre en La Habana, convocada por Cuba en su condición de presidente actual de esa concertación multilateral de naciones. Aun cuando el cónclave pondrá su principal acento sobre el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación en los desafíos actuales del desarrollo, las relaciones culturales entre los pueblos del Sur estarán en los fundamentos mismos de las perspectivas que se puedan alcanzar.

Ello ocupó, en mayo pasado, el encuentro de ministros y responsables de políticas culturales del G77 y China, también en La Habana, en el que se logró colocar en su justa y necesaria medida «el valor estratégico de la cultura como componente esencial del desarrollo humano, de la inclusión social y de los esfuerzos por erradicar la pobreza y reducir las desigualdades sociales», de acuerdo con la declaración aprobada en dicha ocasión.

Fuente: Granma