El concepto de las familias en la serie estadounidense Chicago Fire
¿Por qué emociona a los televidentes la familiaridad -entendida en su justa dimensión de confianza- en la serie estadounidense Chicago Fire?
Más allá de las decisiones de los bomberos, y de los equipos de rescate y paramédicos de la estación 51 ese nexo, la familiaridad, es altamente cohesionador.
La serie estadounidense Chicago Fire que transmitió el Canal Multivisión en el horario nocturno utiliza códigos propios del género dramático tragicomedia, nada que ver con el humor o el chiste. Lo caracterizan la aventura y la concepción anecdótica. Es el mismo que utiliza el policíaco.
Chicago Fire coloca en la mira problemáticas de profundas connotaciones social y humana, entre ellas, el riesgo constante, las violencias físicas y psicológicas, los desacuerdos, las tensiones constantes en la cuerda floja, la corta distancia que puede existir entre la vida y la muerte.
El desarrollo de la dramaturgia en la serie define científicamente, que la violencia no se define por el espacio físico donde ocurre, sino por las relaciones de poder y la naturaleza de los vínculos entre las víctimas y sus agresores.
La familiaridad lidera en tramas y acciones subordinadas -mal identificadas por algunos como subtramas-, que visibilizan el bien, el amor, la mano extendida, la cercanía de la hermandad, el gesto solidario, la capacidad de sufrir por el prójimo y con el próximo desde el alma.
Enseña y se aprende con Chicago Fire, porque, aunque no deviene un tratado sociológico ni psicológico en términos de lenguaje, producción y consumo cultural desarrolla una narrativa que coloca ante las cámaras a corruptos y mediocres parlanchines portadores de falsas verdades.
La justicia social, en tanto elemento integrador, cohesiona las leyes formales de la estructura dramática.
En ella, actores y actrices han sido muy bien dirigidos, y son conscientes de la responsabilidad que tienen.
Contradicciones, normas de conducta y filosofías sobre la existencia lideran en situaciones de alta sensibilidad donde tienen un oportuno protagonismo justo y necesario, los valores positivos, los castigos éticos y morales.
Pensemos en esto mientras vemos y escuchamos a Stella Kidd o a Severide decir: “La honestidad no es cosa de una vez, sino lo que nos mantiene unidos como el equipo que somos”.