El disfrute de El unicornio y otras invenciones del periodista y narrador Jaime Sarusky
¿Cómo pensamos los desafíos de hacer memoria? Cada persona conserva en sus recuerdos palabras, escrituras y visualidades que son registradas en libros de notable valor documental, merecen ser disfrutados desde edades tempranas.
Reflexionemos sobre el libro El unicornio y otras invenciones del periodista y narrador Jaime Sarusky.
Su legado es una fortuna para lectores de diferentes generaciones. Quizás, el pensamiento crítico no vuelve con la sistematicidad merecida a los saberes del importante intelectual.
Publicado por ediciones Unión, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, el título de 126 páginas, incluye nueve relatos sobre imaginativos soñadores, excéntricos y perseguidores de quimeras. Son personajes encontrados en diferentes lugares que emanan riquezas de ideas y pensamientos humanistas.
La propia referencia dada en el nombre de volumen incita a descubrirla. Se trata de cómo el trovador Silvio Rodríguez construyó la historia de su canción El unicornio azul.
El primer regalo implícito en el relato es la encarnación de un sueño, de la búsqueda de un ideal al parecer imposible de concretar.
Contado con belleza, autenticidad y verdad artística el proceso de creación de la canción El unicornio azul conforma una de las razones que motivan al creador y al ser humano en general: ir tras la poesía y apropiarse de ella en beneficio de la espiritualidad y la conciencia.
De ningún por azar uno de los exergos del volumen evoca a William Shakespeare. Dice: Estamos hechos de la misma materia que los sueños y nuestra corta vida está rodeada de sueños.
A descubrirlos invita el maestro Sarusky al contarnos sobre un zoológico de piedra y la búsqueda obsesiva de un caballo de coral. Esta motivación conduce también a releer la obra de otro grande, el cuentero mayor, Onelio Jorge Cardoso.
Son relaciones intertextuales que despierta un hombre culto, sabio, sensible.
Leer significa interiorizar metáforas, símbolos y aprendizajes que, definitivamente, son formativos para toda la vida. Pensémoslo.
