El documental en la programación televisual

El documental en la programación televisual
Foto: Cubasí

Tras las revoluciones tecnológica y estéticas provocadas por el cinéma verité, el documental como forma de expresión artística, se enriquece en el mundo, con testificaciones de lo social, y aportes de notables valores testimoniales. Es altamente significativa su presencia en la programación televisual.

Está presente en los espacios Pasaje a lo desconocido, que se transmite cada domingo, a las seis de la tarde, en el canal Cubavisión; en Pantalla documental, por el canal Educativo, cada miércoles, a las diez y treinta de la noche, también en Multivisión y el canal Clave.

Unos, y otros, sistematizan ese género audiovisual desde las miradas de diferentes creadores, que cultivan estéticas personales.

Una suerte de compañero de viaje es el documental, pues recrea el pasado, el presente, y avizora el futuro, en el relato que cada realizador o realizadora desea contar.

Investigaciones en profundidad, esencias de historias de vidas, realidades poco conocidas, nutren las narrativas de quienes deben ser verdaderos humanistas.

Siempre nace el documental de una coalición entre la mirada y una mirada subjetiva.

Ver el género en la pantalla televisual, propicia la cercanía en nuestros hogares de vivencias, contradicciones, alegrías, angustias, de personas conocidas o ajenas, que suelen ofrecernos nuevas luces en la vida propia.

Las trascendencias histórica y contemporánea de un buen documental, emotivo, provocador, deben estar presentes en los centros educacionales, donde maestros y alumnos cultivan saberes de notable impacto en el desarrollo personal de amplia connotación en la sociedad.

Sin duda, la escuela es, junto a la familia, no solo el espacio donde se adquieren conocimientos, sino en el que se forman valores cívicos, éticos y estéticos imprescindibles para a las nuevas generaciones en constante desarrollo.

Foto: Uneac.

Por estos días, y de manera sistemática, se socializa en varios programas de nuestra televisión de servicio público el legado documentalístico del maestro Santiago Álvarez.

Las persistentes labores creativas, indagatorias, testimoniales, desarrolladas por él y su equipo han estado presentes en más de noventa países como corresponsales de guerra. Supieron cantar la integridad y el pensamiento de personalidades descollantes de los movimientos progresistas durante varias décadas.

Entre ellos, Ho Chi Minh, Salvador Allende y Agostinho Neto. Los acercó hablándoles a sus pueblos y a la opinión pública mundial.

Pero ¿qué distingue la estética del maestro Santiago Álvarez?

Especialmente es notable en su quehacer el modo de conformar la banda sonora.

Se puede admirar en los canales televisuales la concepción operística de agudas obras, entre ellas, Ciclón y el Benny, ambas realizadas en 1963, y Now, en 1965.

Ellas están construidas con los principios de la ópera, donde la música tiene la función de reforzar el contenido de la acción dramática.

Su particular manera de concebir el hecho artístico es consecuencia del desplazamiento de la banda sonora cinematográfica en función del montaje en tanto generador de sentido al relatar historias que denuncian actitudes negativas, la violencia, y colocan ante los ojos del espectador inteligente, participativo, mensajes generadores de empatía sin excepciones de edades, sexos o países.

Los invitamos a pensar en la obra del documentalista Santiago Álvarez que socializan diferentes canales y emisiones.

Sahily Tabares Hernández

Dra. en Ciencias sobre Arte, periodista cultural y profesora‍ de la Universidad de La Habana.