En la mira Secretos de familia
En el panorama mediático prevalece el renacer de las formas expresivas del serial. ¿Por qué cautiva una narrativa fiel a estructuras narrativas del policíaco? ¿Cómo mantener a las audiencias pendientes de cada capítulo? Estas, entre otras interrogantes, se suceden cuando pensamos dramatúrgicamente la serie turca Secretos de familia, que transmite el canal Multivisión, lunes, miércoles y viernes, a las 8: 50 p.m. En este segmento pensamos juntos el diseño dramatúrgico de una puesta televisual de amplia acepción popular.
El juego con las expectativas es, sin duda, el elemento decisivo cuando el equipo creativo se plantea ¿Cómo contar la historia? Asumen el goce emocional, en tanto recurso valioso en sí mismo. Interpelar a las audiencias tiene un presupuesto científico bien pensado. En la trama ninguna solución a los conflictos es inocente. Lo ético y lo sentimental expresivo crecen durante el desarrollo de los capítulos. Incluso a quienes solo interpretan este tipo de formato como un divertimento sin otro atributo. Esta forma de relatar propone mediante el formato elegido una experiencia televisiva con estética propia. Recordemos, las series no son cine, tampoco televisión, sino una narrativa audiovisual que produce nuevas vivencias de lo popular.
Secretos de familia recurre al amor en tanto motivo esencial para resolver conflictos. Esta condición ha sido bien pensada en la concepción dramatúrgica de la puesta, pues apela a la condición sensorial de las personas. De ningún modo está ajena la serie a la violencia, las máscaras iracundas, el grito airado.
Personajes van y vienen, protagonizan la lucha de contrarios sin desvirtuar preceptos de los géneros dramáticos tragedia y melodrama. Abordan problemáticas de diversa índole: contradicciones morales, jurídicas, sociales y económicas en una fábula cargada de emociones donde se suceden movimientos continuos de hechos que denotan el transcurso del tiempo, de situaciones y cambios en función de frenar o suprimir tensiones. Todo depende de lo dramatúrgicamente concebido como definitorio: el juego con las expectativas para frenar o suprimir tensiones.
En la puesta turca la revelación del secreto involucra a varios personajes que llevan adelante un discurso verosímil. El espectáculo mantiene la consistencia de la auténtica aventura, en la que coexisten incógnitas, dudas, alegrías, sorpresas, sueños pospuestos. ¿No ocurre así en la vida misma? Ver desde estas perspectivas dramatúrgicas la serie turca Secretos de familia permite comprender cómo se diseñe un formato de emoción popular para mantener atadas a las audiencias frente a la pantalla televisiva. Pensemos esto.