Entre la música y la guitarra transcurre la vida de Jesús Ortega

“Para ser un buen guitarrista no basta con ser solo un buen profesional, hay que sentir la música que haces”, aseguró en entrevista al Periódico Granma el Premio Nacional de Música 2022, Jesús Ortega, para quien tuvo su primer contacto con la manifestación a los seis años a través de un programa de Radio.

Desde entonces nunca se ha podido desligar de la música y la guitarra, componiendo desde un ejercicio creativo que debe estremecerlo primero para que luego pueda tener el mismo efecto en los demás.

A diferencia del Deporte, donde se compite por alcanzar un determinado lugar, reflexiona, “en el arte pueden haber cien primeros lugares, porque cada intérprete tiene su propia manera de decir y si se hace bien, es válido”.  Por eso, dice, nunca se ha creído ni superior ni inferior a nadie, pues lo que importa es el resultado del trabajo.

Como parte de su trayectoria, ha consolidado el artista una reconocida carrera profesional, vinculada a la Escuela Cubana de Guitarra, a la Universidad de las Artes (ISA) y a la Orquesta de Guitarras Sonantas Habaneras, la cual fundó en 1995.

Hoy, con 87 años de vida y más de seis décadas entre acordes, partituras y melodías, Jesús Ortega resulta orgullo de Cuba, su cultura y maestros, entre ellos Isaac Nicola, al que considera el verdadero “padre de la Escuela Cubana de Guitarra”; Harold Gramatges, Edgardo Martín y Argeliers León, así como Leo Brouwer, quien lo animó – continúa expresando al Periódico Granma- a estudiar con seriedad el instrumento.

“Mi primer concierto tuvo lugar en 1956. Con Leo, un año después, ya había hecho un dúo de guitarras, y al año ya tuve mi propio Quinteto Clásico de Instrumentos de Viento”.

Cuenta, además, que en 1961  ya lo habían nombrado jefe de Actividades de la Dirección de Bellas Artes del Municipio de La Habana e iniciaba su trabajo como docente en el Conservatorio Amadeo Roldán.

Estuvo asimismo en los encuentros que sostuvo el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz (1926-2016), con los intelectuales cubanos en la Biblioteca Nacional José Martí, los cuales se conocen como Palabras a los Intelectuales, que darían paso posteriormente a la creación de la UNEAC, organización que nunca estuvo desvinculada,  ha dicho en múltiples ocasiones, de fenómenos sociales de la Revolución.

“ (…) Desde el primer día reforzó el concepto de que éramos parte importante de la sociedad y eso también ayudó a unir mucho a las diferentes personas que representaban diversas artes  y diversas posiciones ante el arte  y así buscar un lenguaje común (…)”.

Jesús Ortega es es hoy un ejemplo vivo de cubanía, con la única preocupación de enseñar para que no muera el arte de la Guitarra en el país.