Fiel a todas las edades y latitudes: Marta Valdés se nos queda eterna hecha canción
Los aires de su Habana natal reviven en la autora de Palabras, que este 3 de octubre nos dejó físicamente, pero se queda en el pensamiento y el alma de los cubanos hecha canción. Marta Valdés fue, sin dudas, una de las compositoras, guitarristas e intérpretes más importantes del panorama musical cubano.
Sus obras coquetean con la diversidad de géneros. Pero su estilo del feeling es –más allá de su significado- sentimiento y corazón en cada canción que escribió. Elena Burke, Doris de la Torre, Bola de Nieve, Cheo Feliciano, Reneé Barrios y muchos más se encuentran entre los prestigiosos artistas que han interpretado sus canciones de amor, nostalgia y desamor.
La brisa de la ciudad rodea a enamorados y soñadores que han disfrutado y disfrutan de una de las artistas más interesantes y renovadoras de la música cubana del último medio siglo, por la majestuosa razón que siguen sus letras estremeciendo los muros de la calle Muralla, la Plaza Vieja y los Jardines de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Uneac, por sólo citar algunos, y su espíritu se adueña de la guitarra para regalarnos obras imperdurables; como muestra de su legado para la cultura cubana.
Para Marta Valdés toda Cuba es música y todo ser humano es un creador en distintas esferas. Quizás por ello, su revelación conceptual de la creación transitara desde muy pequeña con la proliferación de la radio en los hogares y la experiencia de cantar en coros del colegio. El feeling llegó poco después, en el momento de los conjuntos y de bailar temas movidos.
Obras antológicas como En la imaginación, Palabras, La canción, Deja que siga, No te empeñes más, Tú no sospechas, Llora, Canción desde otro mundo, José Jacinto y otras, son clásicos que reviven historias motivadoras y que conectan con el público, para ella su razón de existir.
Aires renovadores sobresalen en las nuevas generaciones que se atreven a interpretar las canciones de una de las compositoras más talentosas de la música hispanoamericana, defendiendo su obra repleta de sensibilidad e ilusión.
Las palabras, la melodía, la armonía y la sonoridad obedecen a la historia de cada letra nacida de las raíces de Marta Valdés, quien desborda originalidad, poética infinita y lealtad a su cubanía, sin dejar de resaltar la modernidad.
Pasaron los años y Marta siguió ahí, sin dejarse seducir del todo y dueña absoluta de su pensamiento y sus recuerdos, sin dejarse nunca arrastrar por tendencias o modas, vibrando con su tiempo, que también es este, aunque físicamente ya no esté más.
Como siempre seguirá auténtica, cubana, enamorada de las pequeñas cosas, de la poesía, siempre fiel a todas las edades y latitudes; en las que su imperecedera obra servirá de inspiración para poner palabras y melodías a nuevas canciones.