Fina García-Marruz y el silencio de las palabras

“Poeta es ese extraño cazador que sólo da en el blanco cuando el pájaro salta, libre. Poesía es incorporar, no destruir, tener la sospecha de que aquel que no es como nosotros tiene quizás un secreto (…)”. Así hablaba Fina García-Marruz, escritora, investigadora, crítica literaria, poeta y ensayista cubana en uno de sus textos: Hablar de la poesía (1986).
El arco de su existencia (inaugurada un día como hoy del año 1923) tuvo en Poemas (1942) un inicio especial. Desde entonces, la singularidad de su expresión la destacó entre un grupo de exponentes agrupados alrededor de la revista Orígenes, conducidos por José Lezama Lima, para luego ser una de las exponentes más destacadas de la poesía cubana del siglo XX e inicios del XXI.
“Todo poeta siente, al trabajar, que sus palabras son moldeadas por un vacío que las esculpe, por un silencio que se retira y a la vez conduce el hilo del canto, y toda su impotencia y toda su fuerza consiste en la necesidad de desalojar a ese único huésped necesario”, comentó. En ella, esa necesidad ignota se tradujo en varios textos cargados de belleza y contenido en los cuales abarcó el abanico de la realidad, desde una mirada detenida en la aprehensión y disfrute de sus detalles. A raíz de ello, al decir de Eliseo Diego, nacieron algunos de los poemas de más apasionada belleza que se hayan compuesto en lengua española.
Una aproximación similar ocurre en sus ensayos, pero la labor investigativa de García-Marruz también alcanzó el estudio de la obra de José Martí, en especial por la labor desarrollada en la Biblioteca Nacional José Martí (donde laboró durante muchos años en su departamento de letras) y en el Centro de Estudios Martianos, así como en el universo de sentidos y significados con los cuales aprehendió el mundo junto a Cintio Vitier, su compañero de vida.
“Lo cubano, el catolicismo, el tiempo, lo cotidiano, las ciudades, los parques otoñales, los murmullos de sugerentes vergeles, la memoria y la familia: elementos presentes en la obra poética de García-Marruz glosados en las rutas de un ímpetu sutil imbuido de improntas confidenciales. Fervoroso imaginario entretejido con la experiencia personal”, afirma el periodista Carlos Olivares Baró.
Sus ensayos, asimismo, configuran una experiencia enriquecedora. Por ello trabajos como Los versos de Martí (1968), La familia de Orígenes (1997) y Darío, Martí y lo germinal americano (2001) mantienen la misma línea creativa de su producción poética, lo cual no es decir poco, en tanto se conserva una eficacia y claridad expresivas.
En todo ello, el uso de los recursos literarios constituye una cátedra particular, en especial mediante el empleo de uno:
“El silencio es en la poesía, como en la naturaleza, un medio de expresión. La poesía vive de silencios, y lo más importante es, quizás, ese momento en que el pulso se detiene y va a la otra línea de abajo. La prosa sigue siempre, no necesita de esa detención, en la que se encuentra sólo lo que se rompe. Poesía palabrera no es poesía. Cintio me recuerda siempre que la poesía no es decirlo todo sino decir la mitad, o más bien, sugerir una totalidad a través de un límite. Cierto arte ambicioso que quiere alcanzar lo ¡límite de primera mano me produce siempre un efecto empequeñecedor. Denme el conocimiento de un límite y la más simple frase melódica me puede llevar de la mano a lo insondable”, declaró García-Marruz.
Y así lo hizo. Testigos de ello aparecen en toda su extensión poemarios como Transfiguración de Jesús en el Monte (1947), Visitaciones (1970), Créditos de Charlot (1990), Los Rembrandt de l’Hermitage (1992), Habana del centro (1997), El instante raro (2010) y el alusivo ¿De qué, silencio, eres tú, silencio? (2011).
Coronando una carrera como la suya estuvieron reconocimientos como la Distinción por la Cultura Nacional, la Orden Félix Varela, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, la Orden José Martí, la Orden Alejo Carpentier y el Premio Nacional de Literatura.
En este aniversario de su natalicio, como en todos, renueva el alma y la conciencia cada acercamiento a la obra y la persona de Fina, una cubana desde la cual la humanidad pudo contemplarse en la amalgama de sus sentidos y esencias para reconocerse y amarse un poco más.