Francisco de Miranda, defensor de los derechos y libertades de nuestra América

Francisco de Miranda, defensor de los derechos y libertades de nuestra América

Para orgullo de sus coterráneos, el mérito esencial de Francisco de Miranda (1750-1816), precursor de la Independencia Americana, está en la creación del concepto de América como unidad y principio motor de una voluntad de lucha, como elemento decisivo de una estrategia.

Porque en vano se buscó una idea clara y total de América en el largo período de la dominación colonial antes de Miranda. No hubo tan solo una palabra para designar al continente con sus culturas indígenas y él fue el primero que logró la perspectiva justa, la visión íntegra, exacta. Y de ahí surgió su propuesta con  un nombre cabal: Colombia, el continente Colombiano, desde el río Mississipi al cabo de Hornos.

Todo eso porque la razón de su vida era la independencia y libertad del continente colombiano (americano). Este héroe venezolano, profundamente universal,  fue el único hombre en ese tiempo que tuvo contacto personal y directo con casi todos de los más notables personajes de aquella hora: Washington, Bolívar, Napoleón, Sucre, Catalina de Rusia, San Martín, entre otros.

Su genio político, sus  metas, pudieron llevarse a cabo gracias a la obra del Libertador Simón Bolívar, nacido 33 años después que él. Fue esencialmente un gran humanista; un hombre de formación, cultura y miras espirituales de la más amplia universalidad. Vivió una vida llena de acción, de experiencias y saberes, con la universal preocupación por ver, comprender, sentir, amar y saberlo todo.

Se conocía y admiraba su participación en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos de América, donde le tocó actuar como oficial de las fuerzas españolas que apoyaron la lucha de los norteamericanos. También se sabía de sus numerosos viajes por Estados Unidos y Europa; su participación en la Revolución Francesa, donde alcanzó el rango de general de la Revolución y el privilegio de la inscripción de su nombre inmortal en el Arco de Triunfo de París, pero también donde sufrió prisión hasta que tuvo que volver a reiniciar su vida de exiliado en Inglaterra. Fue allí, precisamente, donde maduró sus grandes proyectos políticos.

Sus ideas se adelantaron unos años a los acontecimientos y ello le ocasionó no pocos problemas e incomprensiones, pero hoy se considera que sus planteamientos abrieron el camino a otros muchos en el logro de los objetivos patrios y latinoamericanistas. El héroe nacido en Caracas, hace ahora 274 años, representa un motivo de inspiración para el ideal de la integración latinoamericana y la solidaridad. Al decir del poeta: “¡»Miranda! ¿Quién no pronuncia ese nombre con admiración y respeto?

Ana Rosa Perdomo Sangermés