Homenaje al fotógrafo Raúl Corrales en su centenario

Pensar visualmente la memoria histórica establece estrategias de conocimiento social. En este sentido descuellan nombres relevantes en el panorama fotográfico de Cuba. Uno de los imprescindibles es Raúl Corrales. Lo evocamos a propósito de su centenario al reconocerlo como un maestro en el panorama de las artes visuales. Reflexionemos en lo valedero de su quehacer creativo.
Como fotorreportero y artista del lente, Raúl Corrales dejó constancia de momentos épicos del triunfo revolucionario en Cuba. Se reconoce que la historia de aquellos años no se puede escribir sin la participación autoral de Corrales. Instituciones emblemáticas, de las que forman parte la Casa de las Américas y la Fototeca de Cuba, han exhibido su valioso registro documental.
Sus retratos de Fidel Castro y Ernesto Che Guevara en diferentes actos y contextos forman parte del relato indispensable que permite conocer los liderazgos de ambos líderes. Sus valores de justicia social y participación en la vida política y social en Cuba.
El pueblo fue protagonista principal en las fotos de Corrales. Dejó constancia del compromiso con el arte y la sociedad mediante sus contribuciones estéticas.
Movilización, de 1961; Milicianos, en 1962: de la serie Girón y Canallería integran los aportes testimoniales que hoy dan fe de lo valedero de sus ensayos fotográficos.
Recordemos, por su parte la elección inteligente del blanco y el negro reforzó visualidades al construir sentidos fotográficos mediante realces del valor documental y de la experiencia artística. Los encuadres, la perspectiva, el énfasis en la condición del sujeto que observa activo son elementos nutricios del audaz creador Raúl Corrales. Sin duda, hoy remite a una validación dada por el semiólogo Umberto Eco: “Cuando lo simbólico redescubre lo privado genera nuevas realidades”.
Para Raúl Corrales, la comunicación no fue un movimiento exterior, cerrado, excluyente; al contrario, activó el punto de vista ante las interrogantes: ¿qué veré? ¿cómo lo veré? Ese acto precede; incluso, el de mirar por el visor, implica un gesto de editor y la postura de ejecutante sin prisas, forjado en lecturas, investigaciones, estudios sistemáticos, y en la escuela fotográfica analógica.
Hay que ver y reconocer cómo su mirada colocaba el acento al apreciar la transformación de su país; patentizó la fe en el pueblo; ese legado enriquece el estilo y la obra de una figura vigente para todos los tiempos.