Instituto Cubano de la Música en la contemporaneidad

Instituto Cubano de la Música en la contemporaneidad

Un día como hoy, hace 35 años, se creó el Instituto Cubano de la Música (ICM). La entidad asociada al Ministerio de Cultura (Mincult) ha sido la responsable de velar por la organización, la promoción y la protección del movimiento musical en Cuba desde cada una de las instituciones que gestiona. Entre ellas están las agencias cubanas del rap, el rock y el derecho de autor musical, el Centro Nacional de Música Popular, el Museo Nacional de la Música y el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (Cidmuc), entre otras.

La gestión del patrimonio sonoro cubano y la promoción de los representantes clásicos y emergentes en el ámbito artístico han constituido un referente básico en el trabajo del ICM, lo cual se ha evidenciado en la organización de eventos como el Festival Internacional Jazz Plaza, el Cubadisco o el Festival Internacional de Música Popular “Benny Moré”, por citar algunos ejemplos.

En una entrevista concedida a La Jiribilla, Indira Fajardo, presidenta de esa institución, detalló algunas visiones sobre el papel de la misma en el escenario contemporáneo.

“(…) es cierto que tenemos que diseñar una mejor estrategia para que dentro de Cuba se desarrolle el mercado interno de la música y eso genere un ingreso para nuestros músicos. Porque tampoco vamos a pensar que todas las unidades artísticas existentes hoy salen al exterior a ganarse un dinero extra, porque no lo hacen ni lo van a hacer. Por lo cual hay que desarrollar, efectivamente, un buen diseño hacia lo interno y no vamos a ser únicamente las instituciones estatales ni la empresa estatal socialista las que tienen que participar, también serán sus nuevos autores que necesariamente van a contribuir al desarrollo económico del país”, manifestó Indira.

En sus reflexiones sobre las determinaciones legales para acompañar los cambios y transformaciones en el sector musical, consideró evaluar los términos en los cuales se determina la evaluación artística, cambiar los mecanismos de representatividad en las empresas musicales desde la consideración de las posibilidades reales de cada artista y no de forma general, y registrar a los profesionales asociados con el sector, con sus compromisos y el respaldo jurídico correspondiente.

“Pensamos que puede ser un paso realmente revolucionario en ese sentido, porque estaríamos poniendo a ese profesional en una posición de responsabilidad ante la propia sociedad y ante la propia institución, porque ya también recae en él la necesidad de poder ser bueno en lo que está haciendo, de querer también pertenecer a una empresa o  sencillamente tener un espacio de autonomía donde gestionarse a sí mismo y gestionar su unidad artística y aportarle también a este país”.

A raíz de esas consideraciones también habló sobre las estrategias ante el mercado y cómo éste va a estar ahí, independientemente de los programas adoptados, por lo cual es menester valorar las formas más idóneas para el posicionamiento de los artistas y  agrupaciones, al tiempo que se resguarda el patrimonio musical cubano y se potencian nuevos exponentes.

“(…) nosotros, -sin perder la esencia socialista ni la soberanía que tiene este país- tenemos el  reto por delante de adquirir una autonomía económica en ese sentido. Debemos poner las reglas del mercado en su justa medida y saber cómo articular con él, porque eso ha sido una debilidad que también hemos tenido (…) No creo que haya que temerle al mercado porque al final el mercado existe, bien lo hacen por su cuenta, bien lo hacen con el Estado, pero al final el mercado va a estar ahí”, acotó Indira.

El desarrollo de la música en Cuba representa un testimonio histórico de la calidad asentada en la creación intrínseca de sus  representantes. A 35 años de su fundación, el ICM continúa con las mismas  responsabilidades en un escenario muy desafiante, en el cual se puede defender la cultura no desde la estrechez de miras de un obelisco asediado, sino a partir de las raíces establecidas en una idiosincrasia que, dialogando con su realidad en los más variados escenarios, ha sabido ofrecer lo mejor de sí al mundo.

Lázaro Hernández Rey