La importancia de hacer memoria en fotos fijas, en movimientos y documentales

¿A través de qué ojos contaré en imágenes mi historia? Esta interrogante exige destrezas narrativas al captar instantáneas con el sentido de registro para la memoria histórica. Es insuficiente el dominio de una sofisticada cámara fotográfica, quienes la asumen profesionalmente necesitan agudezas perceptivas. Indagar en hechos, protagonistas, contextos demanda saberes, sensibilidad, oficio y cultura. Sobre este asunto pensaremos.
Lo propició la edición 22 del Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez in Memoriam, que acogieron Santiago de Cuba, sede principal, y La Habana. Durante proyecciones cinematográficas, talleres e intercambios entre realizadores jóvenes y consagrados se reflexionó sobre el documental en Cuba.
Para los públicos atentos a las pantallas mediáticas y las redes interactivas son útiles las reflexiones desde el pensamiento crítico, este no concluye al culminar un evento. Pues, sensibiliza a las mayorías ante dominios hegemónicos colonialistas.
Registros de la memoria histórica del cineasta Santiago Álvarez permite analizar por qué generaciones en Cuba y otros países recuerdan su legado. Él demostró una pasión fundacional al crear el Noticiero Icaic Latinoamericano. Su savia dio frutos en el universo documentalístico de referencia para el mundo. Pensemos, llevó valiosos contenidos a sugerentes montajes visuales y sonoros. Esta distinción merece ser una fuente inspiradora para realizadores cinematográficos y audiovisuales. No basta plantear contenidos de trascendencia política, cultural y social; la sintaxis, el arte al cómo contar la historia es lo que garantiza su poder comunicativo.
A partir de 1960, durante más de 30 años, Santiago Álvarez despliega un estilo propio al crear filmografías inspiradas en causas justas. Narra la lucha del pueblo vietnamita, y la de la guerrilla en el Congo, denuncia abusos contra los negros en los Estados Unidos, entre otros acontecimientos internacionales. Por la trascendencia de su labor comunicativa expresada con arte mereció el apelativo de Cronista del Tercer Mundo.
La obra del maestro Santiago Álvarez es un referente en Cuba y otros países. Es imposible olvidar sus documentales clásicos, Ciclón, Now, Hanoi, martes 13, El Benny y 79 primaveras. Motivan al pensamiento crítico a meditar sobre la trascendencia de cómo contar historias desde presupuestos de contenidos oportunos y realizaciones estéticas.
Tras revoluciones tecnológica y comunicativa provocadas por el cinéma verité, el documental, en tanto forma de expresión artística permite llevar a las pantallas historias de vidas, tradiciones, aspiraciones, utopías.
Nunca deben obviar guionistas y realizadores el sentido creativo al concebir estructuras dramatúrgicas en los relatos; son esenciales al desarrollar los procesos narrativos de cinematográficas y audiovisuales.
Estos análisis beneficiarán las percepciones de las audiencias espectadores activos desde edades tempranas.