Los valores de las músicas y las visualidades en el arte

En el siglo XXI, las tecnologías influyen en el pensar y en el quehacer de un nuevo sujeto digital, significativamente cambió la participación ciudadana asumida mediante los usos y las apropiaciones de mercancías y productos comunicativos.
Invitamos a pensar en los valores de las músicas y de las visualidades en el arte como parte del referido contexto.
La creciente conjunción de ordenadores, pantallas, videojuegos, sonoridades y ritmos familiarizan a los públicos con modos de conocer el mundo, a lo cual se añade la conciencia de pertenecer a regiones mucho más amplias que el país propio.
Considerando este panorama, en Cuba las casas discográficas, las instituciones y los medios de comunicación audiovisuales incorporan a sus estrategias culturales la socialización de la autoctonía presente en géneros musicales, tradiciones, mitos y renovaciones de raigambres esenciales.
Desde el pensamiento crítico, reflexionemos sobre el hecho de modelar la realidad considerando las funciones de las imágenes y sus valores denotativo, referido al contenido inmediato y connotativo, lo que no se percibe de inmediato, pero se lee en sus presupuestos éticos y estéticos. Ambos valores están presentes en las manifestaciones artísticas; estas pueden adelantar una idea, anticiparse al conocimiento social y movilizar las emociones de las mayorías.
¿Cómo interpretar las conexiones de compositores e intérpretes que en Cuba estudian en profundidad las raigambres y las devuelven renovadas?
Lo esencial emerge de las propias obras. Lo demuestra de manera elocuente el maestro José María Vitier, Premio Nacional de Música. De ningún modo por azar él acude a la riqueza de la trova cubana, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, estudia los ritmos populares y los clásicos de la llamada Isla de la Música sin olvidar nunca los referentes universales.
Sus creaciones remiten a los aportes ancestrales y él los reactualiza mediante un estilo particular, cubano, simbólico y establece el diálogo necesario con generaciones ávidas de conocernos y reconocernos en géneros, interpretaciones y las visualidades concebidas para ilustrar fonogramas y concebir audiovisuales.
Todo integra la concepción artística, los contenidos y las formas. Unos y otros determinan lo que vemos y lo que escuchamos por los medios de comunicación audiovisuales en Cuba y el mundo.
Inteligencias participativas y oídos atentos determinan en la comprensión de los valores de las músicas y de las visualidades. Pensémoslo.