Luna negra culmina en La Habana alentador recorrido

El paso alentador con que arrancó Luna negra su andadura por foros internacionales y en contacto con su público natural tuvo en La Habana un final feliz, por lo que representó para el director mexicano Tonatiuh García Jiménez ofrecer su ópera prima en una cita de tanto prestigio como el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, y para el productor Joel Núñez reencontrarse con sus raíces cubanas.
Programado en la sección En Perspectiva (fuera de concurso), el filme vino avalado por la obtención este año del Premio del Público y el de Mejor Director en el Festival Internacional de Cine de Moscú.
Pero quizá la cosecha mayor del equipo de realización resultó la cálida acogida dispensada, el pasado 19 de noviembre, por la comunidad que protagonizó los hechos que se narran: la población de Jalcomulco, en el estado mexicano de Veracruz.
Fue la gente común de esa localidad la que libró, entre 2012 y 2015, una lucha tenaz contra la construcción de una represa en el río La Antigua, por la corporación brasileña Odebrecht, y consiguió detener una acción que atentaba no solo contra el ecosistema, sino que implicaba graves afectaciones para la economía doméstica de los campesinos.
“Fui documentándome -contó García Jiménez al diario La Jornada- de la trama política y oscura entre la empresa y el Gobierno, y sobre cómo los pobladores se organizaron; montaron un campamento para pedir apoyo, hacer conciencia, boicotear el proyecto e impedir que se llevara a cabo la construcción”.
Pero a la hora de encarar la trama, el realizador tenía claro que no pretendía un tono documental ni reporteril: “La realidad está atravesada por la ficción, y eso es importante para conectar emocionalmente con los públicos”. El argumento se desarrolla a partir de los conflictos en el seno de un núcleo familiar, en el que cada quien expone sus sueños, frustraciones, rencores y esperanzas.
En todo momento, la producción y García Jiménez recibieron el respaldo de los jalcomulqueños, muchos de ellos activos de muy diversas maneras en el rodaje, y participantes de las protestas. No se sintieron defraudados al asistir a la proyección del filme.
El crítico veracruzano Mario Raúl Mijares subrayó lo que considera una importante arista abordada por la película: “El autor analiza responsablemente, sin falsear la realidad, el tema de la corrupción de cuello blanco, la misma que se efectúa en la convergencia entre lo público y lo privado. Semejante ejercicio es de suma importancia en un momento como el actual, en que se está luchando por fortalecer la soberanía nacional y garantizar una mejor convivencia para todos”.
Cabe recordar que los sucesos tuvieron lugar durante la gobernatura estadual de Javier Duarte, quien se dio a la fuga, acusado de corrupción y enriquecimiento ilícito. Fue detenido mientras se ocultaba en una localidad turística guatemalteca, y extraditado a México.
García Jiménez condujo un elenco encabezado por Eileen Yáñez, Jorge Antonio Guerrero, Raúl Briones, Leidi Gutiérrez, Juan Pablo de Santiago, Dalia Xiucoautl y Ramiro Fumazoni, en la piel del representante de Odebrecht.
Desde el guion hasta el corte final, y el diseño de la estrategia de exhibición en circuitos de festivales y su estreno, intervino el productor Joel Núñez, al frente de dmm Films, quien, con la película, da un salto decisivo en el abordaje de problemas sociales, a diferencia de las exitosas comedias románticas que forman parte del catálogo de la productora independiente fundada por él.
Egresado de la Universidad de las Artes de La Habana, a Núñez se le recuerda como actor en series televisivas y películas cubanas como Caravana, en la cual trabajó bajo las órdenes de Rogelio París.
Como antecedente, produjo en 2011 el filme Victorio, visión crítica sobre el maridaje entre tráfico de drogas, marginalidad y pérdida de oportunidades de la juventud.
Escrito por Pedro de la Hoz/Granma