María Muñoz y la enseñanza de la música coral en Cuba

María Muñoz y la enseñanza de la música coral en Cuba

Musicóloga, directora coral y profesora, María Muñoz Portal de Quevedo nació en La Coruña, España, el 17 de septiembre de 1886. Formada en el Conservatorio de Madrid, donde recibió clases del maestro José Tragó y obtuvo el Primer Premio de Piano. Se trasladó en 1919 a Cuba tras casarse con Antonio de Quevedo. En tierra antillana, María desarrollaría una obra pedagógica que trascendería su tiempo y quedaría inscrita en la historia de la educación de la música cubana.

Como parte de tal impronta ofreció lecciones de varias disciplinas, entre las cuales estuvo el piano, la historia de la música y el análisis musical. En 1922 creó junto al compositor español Pedro San Juan Nortes la Escuela Filarmónica Nacional, centro que dirigió brevemente para luego fundar el Conservatorio Bach, en 1922, el cual fue considerado como un prestigioso centro de enseñanza musical.

Uno de los aportes más destacados de Muñoz fue Musicalia, creada en 1928 junto a su cónyugue, y publicada en dos etapas, de 1928 a 1931 y de 1940 a 1946. La revista tuvo la colaboración de figuras importantes como Manuel de Falla, Adolfo Salazar, Joaquín Nin Casreláns y Alejandro García Caturla, e incursionó en los estudios de la música europea y moderna, así como en la popular cubana y en la vinculada con los estudios afro cubanos.

Con el establecimiento de la Sociedad Internacional de Música Contemporánea en 1929 (Sección Cubana de la International Contemporary Music), producto del trabajo de Muñoz, el público habanero pudo disfrutar las interpretaciones de compositores foráneos como Igor Stravinski, Maurice Ravel, Alfredo Casella, Bella Bartók y Manuel de Falla, y de los cubanos Amadeo Roldán y Alejandro García Caturla.

La creación de la Sociedad Coral de La Habana, en 1931, representó un nuevo escalón en la labor pedagógica de Muñoz, y contribuyó a la materialización de sus enseñanzas en el movimiento de coros de Cuba. En ella se ofrecieron un repertorio representativo de la música coral, con selecciones de gran polifonía europea de varias etapas, canciones populares cubanas y de otros orígenes, y obras de compositores contemporáneos. Otra agrupación coral formada por María fue la Cantoría de la Casa de Beneficencia de Maternidad de La Habana (1934), además de los coros de la escuela privada de las dominicas francesas y de la Universidad de La Habana.

Su labor docente también se extendió a las colaboraciones con la Sociedad Pro-Arte Musical, la preparación de la asignatura de introducción a la música en las escuelas primarias y secundarias y en la investigación de la musicología en la Isla. Al respecto sentaron un precedente los cinco cursos que impartió de 1941 a 1945 en la Escuela de Verano de la Universidad de La Habana, con la temática de Cursos de música folklórica de Cuba.

Al decir del reconocido crítico y compositor cubano, Argeliers León, esas lecciones crearon una base sólida para el desarrollo de la musicología en el mayor archipiélago de las Antillas:

“Se planteaba ahora una base metodológica que se apartaba considerablemente de lo anecdótico o de lo puramente descriptivo. El desarrollo del programa ponía al día la crítica musicológica, dando un salto metodológico respecto a lo que era usual en Cuba en aquellos momentos; incluso sobrepasaba, en ciertos aspectos, el nivel que el análisis musicológico había alcanzado en otros países”.

En Muñoz se configuraron un talento y dedicación armadas desde el trabajo y la perseverancia, la diversificación de su actividad profesional ayudó al desenvolvimiento de la vida cultural y a la enseñanza de la música en Cuba.

“La prensa, las revistas y cualquier otro medio relacionado con el acontecer musical en nuestro país, reflejaban su omnipresencia en los ámbitos pedagógico, institucional y artístico y dejaban entrever los rasgos de la personalidad única de quien fuera generadora de ideas, impulsora de talentos y, sobre todo, fundadora y promotora del movimiento coral en Cuba en su sentido más estricto”, afirmó la música e investigadora cubana Marta Valdés.

Lázaro Hernández Rey