Mirta Plá, un estandarte del ballet cubano

Mirta Plá, un estandarte del ballet cubano
Foto: Todo Cuba

Mirta Plá nació el 23 de julio de 1940. Su inicio en el estudio del ballet comenzó en 1951. Luego de visitas previas a la Academia de Ballet Alicia Alonso, dejó sus estudios de piano en el Conservatorio Municipal de La Habana y obtuvo una de las becas para niños pobres ofrecidas por esa academia. En ella, estuvo bajo la tutela de Fernando Alonso y la impronta de Alicia, quien años más tarde comentaría refiriéndose a ella:

“A Mirta Plá no debemos recordarla con lágrimas, porque esas son para los que mueren; y mientras haya un bailarín cubano sobre el escenario dando arte, mientras exista el Ballet Nacional de Cuba y la escuela cubana de ballet, Mirta Plá seguirá viviendo entre nosotros”.

Las lecciones de reconocidos maestros internacionales como Alexandra Fedórova, León Fokin, León Fokones, José Parés y Charles Dickson, tuvieron un impacto sustantivo en la formación de Mirta, reconocida entre sus contemporáneos por la delicadeza, maestría y dominio de la interpretación. Esas características se fueron dejando ver en su debut profesional, en 1953, en ocasión del ballet Cascanueces, en el cual Plá estuvo en la escena de los copos de nieve. También participó en varias giras internacionales en esos primeros momentos y hacia 1956 concluyó sus estudios en la Academia e inició sus primeras lecciones como maestra.

Foto: Cubasí

Luego de la restructuración del Ballet Nacional de Cuba dio prueba de su talento y serenidad al obtener el primer lugar e insertarse como solista, y en 1963 fue reconocida como primera bailarina. Durante las giras al exterior, deslumbró la escena en roles protagónicos de reconocidas obras como Giselle, Coppelia, La bella durmiente del bosque, El lago de los cisnes, In the night, Carmen y Apollo.

Un acápite importante en su carrera fue la medalla de plata obtenida en el I Concurso Internacional de Ballet de Varna, en Bulgaria (1964). Con la presentación de Mirta, la crítica internacional pudo testimoniar la presencia y calidad de la escuela cubana de ballet. Junto a otras distinciones y reconocimientos, Plá fue también merecedora del Premio Nacional de Danza, el Premio del Gran Teatros de La Habana y la Orden Félix Varela.

Su trabajo quedó manifiesto no solo en el escenario y en una impronta vital marcada por la dedicación hacia una disciplina tan compleja como el ballet, sino también en el ejercicio del magisterio, el cual desempeñaba cuando falleció el 21 de septiembre del 2003. Otros detalles sobre su vida se abordan en el libro Mirta Plá, una joya de la cultura cubana, de la investigadora y bailarina Giselle Deyá.

Considerada por el crítico británico Arnold Haskel como una de las joyas del ballet nacional junto a Josefina Méndez, Aurora Bosch y Loipa Araújo, Plá aunó en su figura la esencia de una generación y una escuela desde el trabajo y el amor por la danza.

Lázaro Hernández Rey