Pupy Pedroso, un maestro de músicos cubanos

Pupy Pedroso, un maestro de músicos cubanos

César (Pupy) Pedroso nació un día como hoy del año 1946 en el barrio de La Timba, en La Habana. Formado en el Conservatorio Amadeo Roldán, tuvo como maestros a figuras de la talla de Ramiro Reyes, Odilio Urfé e Ignacio Villa. Su familia, pródiga en exponentes musicales, fue una influencia definitoria en su carrera.

Desde los primeros momentos de su formación suplió el rol de varios músicos en encuentros a los cuales lo enviaba su padre, César “Nene” Pedroso. De esa etapa expandió su formación con las interpretaciones de Abelardo Barroso, Cheo Marquetti, Félix Reina, Rafael Ortiz y la orquesta de Arcaño. Más tarde integró varias agrupaciones (Fascinación, Sensación, la Orquesta Revé y el Conjunto Bolero), hasta que en 1969, junto a Juan Formell, fundó Los Van Van.

Palabras de elogio y admiración surgen al paso del recuerdo del paso de Pupy por ese grupo. En él no solo configuró un rol dedicado y polifacético en el cual se construyó la identidad de la agrupación, sino también el sentido de pertenencia de sus integrantes y del público, que en el transcurso del tiempo los identificó como una extensión y muestra representativa de Cuba.

Los temas escritos por él (muchos de los cuales fueron éxitos como Hoy se cumplen seis semanas, Eso está bueno, Disco Azúcar, Ni bombones ni caramelos, Temba, tumba, timba y El negro está cocinando, entre otros) demostraron con sobrada entereza las dotes de Pedroso como pianista, arreglista y compositor. En el extenso prontuario de su actividad, participó en la creación de Tránsito. Anda, ven y muévete (1987), uno de los discos más populares, y en la grabación de ¡Llegó Van Van!, merecedor del Grammy 2000.

Pupy y Los que Son, Son, orquesta creada por él en 2001, representó un nuevo epítome en su trayectoria musical, una muestra de sabiduría, aquella que surge al calor meditado de la experiencia a través de contrastar el pasado y el presente para construir de mejor forma el futuro. “Este resultado es debido a la experiencia de Pupy, el trabajo en equipo, un prudente período de análisis, búsqueda y experimentación”, consideró el escritor e investigador Eglis Gaínza.

Para él, los elementos fundamentales de la orquesta de César son la frescura de sus letras y la encomienda de no desconocer los ritmos tradicionales, en particular los relacionados con el son y la salsa, así como la agrupación de otras tradiciones apaisadas en el prolongado y exquisito recorrido de Pedroso por la escena musical cubana.

“(…) tiene en su haber más de 150 obras, muchas de las cuales han tenido gran aceptación. Encontraremos un excelente sentido del humor en sus letras, sonoridades frescas y contemporáneas, abundante polirrítmias reforzadas con los batá y magníficos tumbaos al piano”, reconoce Gaínza.

El Premió Nacional de la Música (2013) encaminó con su guía a varias generaciones de músicos cubanos, acercó al gusto popular las expresiones de los géneros tradicionales y ayudó a constituir otros nuevos. Todo ello sin dejar de ser original, trabajador, ni infinitamente cubano.

Lázaro Hernández Rey