Raúl arriba a sus 92 años con el pie en el estribo

Raúl arriba a sus 92 años con el pie en el estribo

Desde temprana edad, casi adolescente, ya Raúl Castro Ruz daba muestras de su carácter, de sus convicciones revolucionarias, de su firmeza de principios, y también de la influencia que sobre él habían ejercido la educación familiar, la preparación recibida mediante el estudio y en la relación con sus compañeros de lucha, especialmente con su hermano Fidel.

Desde muy joven daba muestra de sus convicciones revolucionarias

Su vida, que ahora atesora 92 años, ha estado llena de momentos trascendentes, sobre todo desde que como  joven revolucionario se enorgullecía de formar parte de la Generación del Centenario, estaba entre los primeros en las manifestaciones estudiantiles y después contagiaba con su entusiasmo para ir al ataque del cuartel Moncada.

Una sólida preparación ideológica ya se confirmaba en la actitud valiente y decidida que asumió ante sus captores, después del ataque al cuartel, ya que al ser interrogado en el Vivac de Santiago de Cuba, con la suposición de que los esbirros batistianos habían matado a Fidel y la seguridad de la caída de Abel Santamaría Cuadrado, asume la responsabilidad del movimiento revolucionario y de la acción desarrollada.

Raúl Castro, el guerrillero

De la etapa de la lucha insurreccional cobra especial significado su desempeño como máximo líder del Segundo Frente Oriental Frank País García. La responsabilidad encomendada por Fidel al ascenderlo a comandante y designarlo al mando de la primera columna que baja al llano y se dirige a abrir otro frente de operaciones militares, y el ulterior desarrollo de los acontecimientos, marcan un período  superior en la consolidación  de sus cualidades revolucionarias.

Particularmente, el cumplimiento de sus responsabilidades como ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) durante casi cinco décadas, desde su constitución, su ascenso a General de Ejército, unido a su manera directa, franca y concreta de enfrentar los problemas y buscarles soluciones, incidieron, de manera directa, en su actividad formadora con los cuadros que se le subordinaban, logrando convertir a las FAR en escuela permanente de formación.

Raúl Castro destaca por su sencillez y su carisma

Entre sus cualidades, también destacan ser una persona modesta, de accionar sencillo en el trato con los demás, capaz de escuchar una anécdota y de reír a plenitud, reflexivo en sus análisis, con voluntad de aprendizaje permanente, colectivista hasta en la toma de las más grandes decisiones, estudioso y conocedor de la historia, fiel a los principios revolucionarios, padre ejemplar, sensible, jovial, de inteligencia preclara y confianza infinita en los jóvenes y el futuro de la Patria Socialista.

Su fidelidad a los principios lo lleva a convertirse en enemigo acérrimo de la mentira, ferviente provocador de la discrepancia, paciente y atento ante el criterio de los demás, crítico hasta consigo mismo pero a la vez, estimulador de las mejores acciones.

Líderes de la Revolución Cubana

La autoridad ganada por Raúl ante la dirección de la Revolución y el pueblo, proviene de su vida intensamente dedicada al trabajo, de su estilo ajeno al amiguismo y la deformante tolerancia; de la autoridad moral ganada en el batallar constante, sistemático y ejemplar en el cumplimiento de las funciones que demandan esas responsabilidades. Emana, además, de su vínculo real e inteligente con el pueblo, de encarnar en su actuar sus intereses, necesidades y motivaciones, y de representarlos y exponerlos de una manera sincera y respetuosa. Indiscutiblemente, es líder de la Revolución Cubana.

Raúl Castro condecorado por Fidel

Esta visión se complementa con la de Fidel, cuando refiriéndose a él lo consideró “[…] un compañero de firmes convicciones revolucionarias, que ha demostrado su capacidad en esta lucha […]”; “[…] un hombre de cualidades excepcionales […] Desde el primer momento fue muy serio, muy responsable, muy consagrado, muy comprometido, muy valiente […]” “[…] un gran formador y un gran educador».

Para Raúl, ha sido un privilegio ser su hermano, pero más que eso, siempre fue desde su infancia, su héroe. Fiel a su legado continúa batallando junto a su pueblo, como él mismo reconociera: «con el pie en el estribo».

¡Muchas felicidades, Raúl!

Ana Rosa Perdomo Sangermés