Raúl Díaz Argüelles, símbolo de nuestros combatientes internacionalistas
A Raúl Díaz Argüelles se le ha rendido justamente homenaje cada 11 de diciembre, desde el día en que en 1975 cayó combatiendo en el norte de Ebo, Angola, con apenas 39 años de edad y se le otorgó poco después el ascenso póstumo a General de Brigada, el reconocimiento más alto a un militar que cae cumpliendo con su deber.
Había transcurrido un mes de proclamarse la independencia de Angola. Viajaba rumbo a Hengo para el combate con el enemigo en esa zona del centro del país, cuando se detuvo la marcha. El terreno estaba minado. Tras el trabajo de los zapadores se reanudó el trayecto de la columna. De pronto, una explosión en uno de los BTR; el blindado que trasladaba al jefe militar y combatiente internacionalista había caído en una mina antitanque que le destrozó las piernas y le fulminó su vida en pocas horas.
Días atrás, el 23 de noviembre, en esa misma localidad situada a 400 kilómetros al sur de Luanda, cubanos y angolanos derrotaron a los invasores sudafricanos. Díaz Argüelles decidió que tenderles una emboscada, justo en el puente sobre el río Mabassa, que podría definir la victoria de las Fuerzas Armadas para la Liberación de Angola (FAPLA) y las tropas cubanas. “Aquí es donde hay que detenerlos”, dijo entonces y los detuvo.
Pocos meses antes, desde su llegada a ese hermano país, estableció y luego dirigió la primera Misión Militar Cubana, como respuesta a la solicitud de ayuda militar hecha por su primer presidente Dr. Agostinho Neto.

Estuvo siempre desafiando el peligro y las tempestades, en los lugares de mayor riesgo, junto a sus soldados cubanos y angolanos, combatiendo como uno más. Su vida es una ejemplar hoja de servicios prestados a la Patria, desde su incorporación al Directorio Revolucionario 13 de marzo siendo un joven estudiante, hasta el fatídico momento de su deceso.
En el fogueo de la lucha fue evolucionando y madurando, sin perder sus raíces de verdadera entraña popular, su jovialidad y perseverancia, ejemplo de abnegación y sacrifico para las nuevas generaciones.
Luchó en el Directorio contra la dictadura de Batista, se unió al grupo guerrillero de esa organización en el Escambray y el Che lo hizo Comandante; participó además en misiones esenciales en Guinea Conakry, Sierra Leona, Somalia y Guinea Bissau. Con gran espíritu de sacrificio, responsabilidad y abnegación cumplió todas las misiones que le fueron asignadas por el alto mando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), la dirección del Partido, el Gobierno y el Estado Cubano.
Sobre su trayectoria, el Comandante en Jefe Fidel Castro expresó: “Hay ejemplos revolucionarios que los mejores hombres y mujeres de las futuras generaciones dentro y fuera de nuestra patria no podrán olvidar. Este es uno de ellos, mas no nos corresponde a nosotros evaluarlo; de ello se encargará la historia”.
Al querido combatiente Raúl Díaz-Argüelles, o el coronel Domingo da Silva -su nombre de guerra en Angola- se le recordará siempre, luchando por los principios y convicciones que enaltecen la vida de los hombres. Sin dudas, fue uno de nuestros más capaces oficiales, merecedor –entre muchas otras condecoraciones- del Título Honorífico de Héroe de la República de Cuba, con carácter póstumo, otorgado el Consejo de Estado, así como de altos reconocimientos del Estado angolano.

