Sobre la formación del gusto

Sobre la formación del gusto
Foto: Cuentos para Federico. / Facebook

Tal vez, poco lo pensamos, ¿por qué gustan algunos filmes, canciones y exposiciones y otras obras apenas motivan?

En este momento, pensemos debido a su notable trascendencia en la cultura de cubanos y cubanas.  Ante todo, analicemos: el gusto no nace, se forma.

El deber legítimo de ir formando el gusto exige un proceso, este comienza durante los primeros años de vida junto a la familia, tiene continuidad en el sistema de enseñanza y se enriquece en cada persona como ser social.

Durante el período veraniego variadas programaciones en instituciones y comunidades influyen el ciclo cultural de dar y recibir que integra los procesos formativos. En ellos influyen los saberes, el conocimiento y la creatividad de creadores empeñados en motivar el desarrollo intelectual y espiritual en Cuba.

En el gusto influye el acceso al arte, pues nos enseña a aguzar los sentidos. Lo que el arte educa es nuestra sensibilidad. Alerta, comunica pensamientos, hace reflexionar. Lo logra mediante la calidad de músicas, filmes, obras pictóricas y disímiles manifestaciones que conmueven el alma y la conciencia.

El arte socializa mensajes, símbolos y modos de vida en gamas de productos y servicios mediante la tecnología digital. Las visualidades, los diseños, los sonidos; todos expresan ideas determinantes en el acto de pensar; incorporan a la existencia cotidiana el gusto estético, este depende de la facultad personal al captar matices, variaciones auditivas y visuales; jamás se improvisa, demanda aprendizajes continuos.

Pensémoslo.

Sahily Tabares Hernández

Dra. en Ciencias sobre Arte, periodista cultural y profesora‍ de la Universidad de La Habana.