Sobre los recursos narrativos en las ficciones cinematográficas y audiovisuales

Por doquier, en Cuba y en el mundo cambiaron las maneras de consumir producciones cinematográficas y audiovisuales. Estas viajan sin límites de fronteras, culturas o idiomas. Motivan apreciaciones, inciden en el gusto, en cómo vemos y sentimos la existencia cotidiana.
Le propongo pensemos en los recursos narrativos determinantes en los contenidos y la calidad artística de puestas cinematografías y audiovisuales.
Guionistas, directores y equipos creativos tratan la memoria y el presente narrativo desde la visión de llevar al relato ficcional experiencias humanas trascendentes en el diario acontecer. Las deben ordenar dramatúrgicamente con sentido jerárquico para motivar en las personas, aprendizajes y valores positivos. Pero, lamentablemente, no siempre ocurre así. El deber ser tiene que concretarse en la práctica. Cuando es imperfecta la estructura al contar el relato ficcional; o sea, cómo se ordenan escenas, bocadillos, situaciones, contextos; se mutilan ideas, pensamientos, reflexiones esenciales de trascendencia social.
Pensemos, los elementos propios del lenguaje audiovisual incluyen la fotografía, el sonido, la edición; son articulados mediante el montaje, este recurso narrativo combina lo que se quiere decir y cómo se quiere decir. Su inadecuada representación malogra la verdad artística comunicativa y la comprensión de visiones conceptuales que transmiten filmes, documentales, animados y otros audiovisuales.
Al ver películas y otras producciones percibimos su cercanía con disímiles conflictos de diversa índole. ¿Por qué ocurre esto? Pensemos desde la reflexión crítica participativa. Ningún relato es ajeno a la existencia por su condición de universo; en él, tiempo, espacio, causalidad constituyen contextos.
Historias contadas en las narrativas ficcionales incluyen fábulas, conflictos y otros elementos decisivos en la manera de crear en el espectador o la espectadora, expectativas, complicidades, hábitos de seguimientos de las tramas.
Cada especialidad necesita aportes de expertos capaces. Nunca se improvisa. Quizás, por esto, creadoras y creadores cinematográficos y audiovisuales definen quiénes integrarán sus respectivos equipos de realización.
Los espectáculos cinematográficos y audiovisuales pueden convertirse en expediciones antropológicas que nutren el conocimiento humano. Urge aprovecharlos; el desarrollo de las tecnologías no se limita a las transformaciones de equipamientos en artefactos sofisticados, requieren ser pensados en términos de lenguajes sugerentes, renovadores, artísticos.