Desde su partida física, el 11 de marzo de 2002, la impronta de Armando Romeu González no ha hecho más que crecer en un ejercicio honorífico del cual no pocos músicos y escuela son deudores en la actualidad.
Desde su partida física, el 11 de marzo de 2002, la impronta de Armando Romeu González no ha hecho más que crecer en un ejercicio honorífico del cual no pocos músicos y escuela son deudores en la actualidad.