La última semana de agosto inicia con un festival que reafirma las raíces africanas y otro que transforma a Varadero en una plaza vibrante donde se unen artistas consagrados y nuevas voces de la música cubana.
La última semana de agosto inicia con un festival que reafirma las raíces africanas y otro que transforma a Varadero en una plaza vibrante donde se unen artistas consagrados y nuevas voces de la música cubana.