En el uso y la conservación del medio ambiente el Comandante en Jefe Fidel Castro fue un precursor, un pionero en la lucha por protegerlo; supo alertar y denunciar en diferentes espacios los riesgos que se corrían, los problemas que tendría el mundo del futuro.
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Posee una extraordinaria vocación de servicio a la Patria, es inmensa su fe en Cuba y en la humanidad. Es capaz de amar, de sufrir, de emocionarse, hacer una broma y vincularse con el pueblo, ese al que ha dirigido y guiado, especialmente junto a su hermano Fidel Castro.
El Programa del Moncada era fundamentalmente martiano y esa continuidad en el pensamiento está en cada acción de Fidel Castro, que nos enseñaría con el proyecto revolucionario toda la dimensión ética, humana, política, ideológica, internacionalista y antimperialista de José Martí.
La emoción era muy grande dentro y fuera del presidio, después de 22 meses de encierro. En lo alto de la escalinata de mármol del recinto asomaban los primeros rostros. Primero, un grupo de diez revolucionarios; después, formando parte de un segundo grupo, lo harían casi media hora después Fidel y Raúl Castro, Juan Almeida y otros cinco compañeros.
Celia, menuda, inquieta, vivaz y de gran entereza, se ganó el cariño y la confianza de los hacedores de la Revolución desde el primer momento de la epopeya y en especial del máximo líder indiscutible, el Comandante en Jefe Fidel Castro, desarrollando una inmensa labor en diversas tareas encomendadas por él.
Durante la noche del 11 de marzo de 1949, un grupo de marines estadounidenses en estado de embriaguez, procedentes de naves ancladas en la bahía de La Habana, profanaron la estatua de José Martí en el Parque Central de la ciudad habanera.
Desde el triunfo revolucionario del Primero de enero de 1959, Fidel Castro participó en numerosos congresos de la CTC, sindicales y de distintos sectores, plenarias, encuentros de emulación, de estímulo a los mejores cortadores de caña y de abanderamiento de contingentes de macheteros, a los que habló en ese escenario.
Fidel Castro siempre lo valoró de manera extraordinaria, por eso consideraba que “estudiar la vida de Lenin, estudiar el pensamiento de Lenin, las doctrinas de Lenin y el ejemplo de Lenin constituyen no un homenaje sino una conveniencia, un beneficio para los pueblos”.