Valores del programa televisual Amores difíciles que enaltece un sentimiento universal

Valores del programa televisual Amores difíciles que enaltece un sentimiento universal
Foto: Cubavisión El canal de todos / Facebook

Ante pantallas disímiles los espectadores suelen expresar el deseo de ver una buena película. Esta aspiración no siempre encuentra respuestas adecuadas en la televisión y otros medios de comunicación audiovisuales o experiencias interactivas.

Pensemos en el escenario fílmico del siglo XXI y en un programa televisual concebido con buen gusto desde Amores difíciles.

Circulan por doquier simulacros de noticias, acontecimientos y discursos que trasladan a los públicos acosos de fantasías, entretenimiento tonto o competencias lúdicas repetitivas; pues acuden a manidas formas de contar historias.

No obstante, lidera en las mayorías el interés por disfrutar narrativas que facilitan abrir abanicos de posibilidades creativas ficcionales. A la escucha de este anhelo ha se mantiene el programa Amores difíciles, en Cubavisión, el domingo, a las 10:00 p.m.

Los filmes que se programan en este espacio tienen la virtud de hablar por los personajes a partir de sus acciones.

Argumentos, puestas, actuaciones, conflictos, maneras de ver el mundo, nutren madejas de problemáticas complejas como la existencia de cualquier persona, aquí, y ahora. El equipo creativo realizador del espacio, Rolando Rodríguez (guion y dirección), Mayra Lilia Rodríguez (asesora) y Elaine Hernández (edición) se proponen defender la honestidad del arte. Defienden un precepto esencial: el cine hay que leerlo como cultura; pues ofrece vidas capaces de desatar profundas meditaciones.

En cada filme lideran planteamientos dramáticos y filosóficos de notable envergadura humanista. Demuestra que como en la vida ningún acontecimiento o conflicto es simple. Sugerente, incómodo, indagador, en el espacio se visibilizan actores, actrices, guionistas y directores relevantes. Unos y otros hablan mediante sus obras.

Pensemos, los diseños de programación requieren estrategias culturales en provecho de mantener en el aire contenidos renovadores y estéticas atractivas. Las audiencias exigen variaciones de lenguajes en un universo de visualidades cada vez más fragmentado. Educar desde la comunicación artística cinematográfica contribuye a sembrar alertas en el ojo crítico en estos tiempos de creciente colonización cultural en el mundo.

Si la mirada escruta y profundiza en lo cardinal del relato, interpreta silencios, signos, actitudes, omisiones, desencuentros. La criticidad cognitiva robustece sentir el cine, los amores difíciles, las existencias propias y ajenas.

Sahily Tabares Hernández

Dra. en Ciencias sobre Arte, periodista cultural y profesora‍ de la Universidad de La Habana.