Voces diversas ratifican lo imprescindible de salvaguardar la cultura nacional

Voz incuestionable en la preservación y las conquistas del arte danzario en Cuba, con más de 45 años dedicados a esta manifestación artística, la directora del prestigioso Ballet de Camagüey, Regina Balaguer, se alista para formar parte de los debates del X Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), el cual tendrá lugar este primero y dos de noviembre en el Palacio de Convenciones de La Habana.

“La cultura es la sal que nutre a la nación, a la Patria. Define la nacionalidad, la identidad y por eso, Cultura es Patria”, apunta Balaguer.
“Son muchos los problemas que tenemos los artistas, pero creo que somos parte del pueblo y en ese sentido, el X Congreso tiene que ir un poco más allá, centrándonos sobre todo en los aspectos de la enseñanza artística (danza, música, las artes visuales, los escritores) y creo que tenemos mucho que incidir en esa enseñanza para que los artistas de mañana puedan no solo mantener el legado de esta nación, sino también ser creadores que mantengan viva la cultura de nuestra Patria y viva, independiente y soberana también a la Isla de Cuba”.
Otra de las representantes al congreso es Fátima Patterson, Premio Nacional de Teatro y directora del grupo teatral de Santiago de Cuba, Makubá.

“Yo estoy participando en los Congresos de la Uneac desde su quinta edición. Y me siento muy orgullosa, porque el pueblo cubano siempre espera que los artistas se pronuncien sobre el contexto actual y temáticas importantes relacionadas con la sociedad y problemas que hay que solucionar”.
“Hoy se habla mucho del trabajo en la comunidad, pero, ¿cómo vamos realmente a hacer el trabajo de las comunidades, ¿cuál va a ser nuestra incidencia y qué elementos mejoramos, lo estamos haciendo bien? Son interrogantes que tenemos que replantearnos y analizar, porque el trabajo de los artistas en la comunidad debe servir para el mejoramiento de las mismas y nuestra sociedad”.
Otro de los planteamientos importantes a abordar en la cita, precisa la Premio Nacional de Teatro, es la vinculación de los jóvenes y no tan jóvenes a las actividades.
Fátima Patterson, una de las figuras emblemáticas de la Uneac, reconoce que aun en el complejo contexto en el que acontecerá el Congreso, será un espacio de reflexión, debate e intercambio, sobre los retos de la organización que agrupa a la vanguardia artística e intelectual de Cuba.

En este concierto de voces por la Cultura y la Patria se alza igualmente la del presidente del Comité Provincial de la Uneac en Matanzas, José Manuel Espino, para quien el congreso deviene espacio para fortalecer las alianzas entre creadores, instituciones culturales, y otros sectores de la sociedad.
“Es una reunión que tiene que ver con respuestas, con participación, con el sentido de transformación que tiene que ver con la misma organización. Es el momento de que la intelectualidad levante sus voces por la ética del arte y de la cultura del país”.
“Los matanceros tenemos como expectativas, que se logre un nivel de diálogo comprometido, revolucionario, que responda realmente a los retos con los que convivimos diariamente: llegar a las comunidades, conocer más a las personas cercanas a ellas, abandonar ese mito de que el intelectual es alguien que está refugiado en una torre de cristal, y descubrir que estamos al lado del otro prójimo cercano y latente, haciendo cosa’», concluyó el literato de La Atenas de Cuba.
De igual manera opina el líder de la vanguardia artística de Villa Clara, Ricardo Riverón Rojas, quien aboga por la entrega de un arte profesional, en el que se ponga de manifiesto lo más autóctono de nuestra cubanía y tradiciones culturales.

“En la Uneac he tenido un lugar para exponer mis ideas, mis puntos de vista, mis proyectos, y, además, un respaldo para ejecutarlo. He estado siempre pensando en hacer de la Uneac el sitio ideal para la promoción del arte y la cultura, y por eso, siempre he tratado de hacer proyectos que no repliquen en las instituciones, sino que tengan algo novedoso, siempre”.
El narrador, poeta, promotor cultural y crítico de arte villareño, está convencido de que “la Cultura va a lo profundo, a la esencia, a que el ser humano se reconozca en un espacio, en unas tradiciones, en una identidad. La cultura define la zona más estratégica del pensamiento de la Patria. Lo que es la esencia de la Patria se define desde la cultura”.
Por su parte el instrumentista, arreglista musical de la más oriental de las provincias, Conrado Monier, visualiza al magno encuentro de la Uneac, como un escenario para exponer criterios relacionados con la importancia de preservar el patrimonio cultural cubano, e insiste en que los creadores deben aportar a ese propósito.

“La música para mí es un todo: es convivir, es reflejar todo lo que siento, todo lo que pienso, y es gratificante en sentido general. Creo que cada artista es un reflejo de la sociedad en que se desenvuelve y la cultura es permanente. El desarrollo y la investigación de nuestras raíces es vital para que- por ejemplo, en la música- ningún ritmo foráneo sea capaz de suplir nuestras raíces, que son bien sólidas, profundas y ricas”.
“El fundamento de la Uneac, en una provincia como Guantánamo, es ocuparse de que todas las artes se desarrollen. Aquí hemos conglomerado, imbricado las diversas manifestaciones. Pese a las carencias que tenemos, tengo mucha vinculación con la organización- que adoro- y tengo mucho optimismo en que va a trabajar mucho mejor en formar, en mantener y fomentar valores y que estos sean gratificantes en el futuro, que sean los que decidan, musicalmente y artísticamente, el destino de nuestra Revolución, de nuestra Patria”.