Frank País García y René Ramos Latour: tanto valor, tanta abnegación, tanta vida

La vida de René Ramos Latour, de apenas 26 años, fue todo riesgo. En la ciudad natal de Santiago de Cuba se había iniciado como combatiente revolucionario, en defensa de un ideal que ya era común entre los jóvenes de su edad en esa tierra indómita.
No le temía al peligro cuando se trataba de enfrentar al enemigo y cumplir con responsabilidad las misiones asignadas. En el fogueo de cada acción no sólo se destacó como combatiente, sino que se fue forjando como líder, un dirigente y organizador capaz que veía con claridad el futuro por el que se luchaba, sobre todo en sus inicios, en la dura y también riesgosa clandestinidad.
Con la caída de Frank País el 30 de julio de 1957, la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio consideró que en él debía depositarse el deber y el honor que implicaba sustituirlo como Jefe de Acción y Sabotaje a nivel de país.
En esa responsabilidad desplegó una incesante actividad y puso de manifiesto su talla revolucionaria, fogueada en los momentos más difíciles del enfrentamiento a la tiranía batistiana.

Durante esa etapa recorrió numerosos lugares del país para la reorganización del Movimiento, según los nuevos lineamientos lanzados por Frank, sumó nuevos hombres a sus filas y acometió incontables tareas.
Se había incorporado al Movimiento desde su fundación en 1955 y bajo la dirección de Frank se fue involucrando en actividades insurreccionales en la zona oriental de Cuba. De ahí que desde el primer momento la figura de Daniel (su seudónimo de guerra) se mantuviera ligada indisolublemente a la de Frank, unión que se mantuvo hasta la muerte. En diciembre de 1956 René Ramos Latour preparó el ataque al cuartel de la guardia rural del central Preston, pero después del frustrado propósito logró escapar y continuar sus labores revolucionarias clandestinas, hasta que en mayo de 1957 parte hacia la Sierra Maestra con un contingente de hombres para reforzar el naciente Ejército Rebelde.
Poco tiempo llevaba en la Sierra, cuando fue ascendido por sus excepcionales méritos al grado de capitán y así sucesivamente hasta comandante; teniendo en cuenta además, su gran valor y su capacidad, el Comandante en Jefe Fidel Castro le asignó la tarea de conseguir armas y pertrechos.
Demostró ser tan brillante en la lucha de la Sierra como en el llano, incluso llegó a estar infiltrado entre las fuerzas enemigas. Se cumplía el primer aniversario de la muerte de Frank en enfrentamiento con soldados batistianos en las calles santiagueras, cuando al atardecer del miércoles 30 de julio de 1958 el comandante Daniel combatía en El Jobal (en la carretera que va de Las Mercedes a Palma Soriano), y fue mortalmente herido por el disparo enemigo de un obús de mortero.
Este imponderable fatal de la historia privó a la Revolución de otro de sus mejores hombres, que habría sido un firme puntal en la construcción de la nueva sociedad. El comandante Daniel había escrito, dos días antes de su caída en combate, en una carta a su madre: «…por el llanto de todas las madres y por borrar el sufrimiento de todos los hijos, tenemos que seguir adelante en esta lucha».
El 30 de julio ha sido designado con toda justicia el Día de los Mártires de la Patria. Frank País García y René Ramos Latour, caídos exactamente en esta fecha con un año de distancia, devinieron símbolos imperecederos de una victoria revolucionaria que acontecería poco después. En ellos encontraremos siempre el ejemplo, la voluntad de lucha, sus excepcionales cualidades como líderes y organizadores eficaces, la fe en la victoria y la fidelidad a toda prueba.